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    Rafael Tristá Valdés (1850-1909)

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    Introducción

    Una de las figuras relevantes de la ciudad de Santa Clara perteneciente al siglo XIX lo es, sin lugar a dudas, el Dr. José Rafael Tristá Valdés, por la rica labor desplegada desde que se inició en su profesión como médico hasta su muerte, irradiando con sus iniciativas, no solo en el campo de la medicina, sino también en diferentes ámbitos de la vida social de su época. Se destacó en la política por su desempeño como alcalde municipal, fundó el Cuerpo de Bomberos de esta ciudad, impartió docencia en el Instituto de Segunda Enseñanza, propuso la creación de una institución médica que garantizara la atención gratuita a los niños pobres, ocupó cargos en diferentes Sociedades de la época, fue organizador de actividades culturales y gestor de varias obras públicas.

    No es casual, que una de las calles principales de Santa Clara lleve su nombre, nombramiento que tuvo lugar por acuerdo del Ayuntamiento el primero de febrero de 1909 “en honor  del excelente ciudadano, Dr. Rafael Tristá, varias veces alcalde” (1).Anteriormente esta calle contó con varias denominaciones: Paso Real del Río; más tarde se le llamó de Los Oficios, años después Santa Clara de los Oficios y por último Santa Clara hasta el referido año 1909. Gracias a este gesto del Ayuntamiento pocos días después de su muerte, es que este insigne santaclareño no ha quedado relegado al olvido, pues son escasas las referencias bibliográficas sobre su quehacer, salvo en la literatura de la época.

    La Revista mensual Ilustrada: Cuba y América, al cumplirse el primer aniversario de su muerte publicó en sus páginas:

    (…) ahora quiere Cuba y América, exponente legítimo del alma cubana, lamentar una vez más, en nombre, no de Santa Clara, ni de Las Villas, sino en el de la Patria cubana, la desaparición del honrado ciudadano, del patriota de siempre, del intachable benefactor y padre de familia”. (2)

    Desarrollo

    José Rafael Tristá Valdés nació en Santa Clara el 11 de noviembre de 1850. Cursó los estudios de Segunda Enseñanza en Matanzas y realizó los exámenes de Bachiller en La Habana en el año 1867, en los que alcanzó notas sobresalientes.

    Comenzó sus estudios de medicina en La Habana, se graduó de Licenciatura en Medicina en la Universidad de Barcelona el 28 de junio de 1872  y de doctor el 31 de mayo de 1873.

    Terminado sus estudios en España viajó a París, donde permaneció dos años para ampliar y perfeccionar sus conocimientos en clínicas y hospitales de dicha ciudad, lo que le permitió aumentar sus conocimientos científicos y lograr un perfecto dominio del idioma francés.

    Al regresar a Cuba, abrió su gabinete en la ciudad de Santa Clara. Poco después de su llegada fue nombrado médico del Hospital Militar. A su vez, visitaba gratuitamente a las personas pobres que necesitaban servicios médicos, tarea a la que se consagró aún más después del año 1878, culminada la Guerra de los 10 años, ganándose así el reconocimiento entre los villaclareños.

    Fue un hombre público y erudito, de inteligencia cultivada. Predicaba la conservación del orden, la República y el fomento de la riqueza nacional.  “Convencido de que Cuba necesitaba de una evolución lenta para transformar su fisonomía política se alistó en las filas del partido Autonomista y en la prensa y en la tribuna predicó sus convicciones a los conciudadanos”. (3)

    En el ámbito intelectual, se esforzó por divulgar los avances científico - técnicos de su época. Fue Secretario y ocupó una Cátedra al fundarse el Instituto de Segunda Enseñanza de Santa Clara en el año 1882, impartió, además, clases de Francés,  Higiene e Historia Natural y fue nombrado Catedrático de Ejercicios Calisténicos el 11 de mayo de 1902.

    Fue  designado Primer Jefe del Cuerpo de Bomberos de Santa Clara en sesión del cabildo celebrado el 6 de octubre de 1901, el que había sido reorganizado el 7 de julio de este mismo año a propuesta de un grupo de santaclareños que se reunieron en la Escuela Pía, bajo la dirección del propio Rafael Tristá.

    Se integró a diferentes y reconocidas asociaciones de su época. Fue vicepresidente del “Círculo Villaclareño” y director de la Sociedad “El Liceo de Villaclara”, en la época de su mayor esplendor. Ocupó, también cargo en la Sociedad Progreso, constituida en 1899 y fue miembro de la Sociedad de Socorros Mutuos de Santa Clara, de la Sociedad Cuerpo Médico- Farmacéutico – Dental y de la Sociedad “El Gran Maceo”, reabierta con este nombre en 1899. Fue, además, designado vocal de la Primera Junta de Gobierno del teatro La Caridad.

    Luchó por elevar el nivel cultural de su pueblo, para ello organizó la Feria Exposición realizada en el año 1889, por iniciativa propia, para conmemorar los 200 años de fundación de la ciudad, proyecto que venía gestando desde el año 1887. 

    Murió el 28 de enero de 1909. Se dice que   … “Santa Clara perdió aquel día uno de sus mejores hijos”.(4) 

    El 7 de febrero de 1909, en sesión del Cabildo ….” se acuerda tributar una sentida manifestación de duelo al ilustre desaparecido Dr J. Rafael Tristá quien durante largo tiempo dedicó sus energías morales y materiales al sostenimiento del Dispensario”(5). Se acordó igualmente, que los retratos del Dr. Luis Estévez y el Dr. Rafael Tristá fueran ubicados en el salón situado frente a la Dirección del Ayuntamiento.

    La vida de Tristá fue una serie ininterrumpida de actos de amor al prójimo. Hacer el bien para él era una cosa natural y necesaria, pero hacia el bien en silencio, sin exhibirse. Fue, entonces, un ciudadano que supo ser útil a su patria, por eso sus contemporáneos lo catalogaron como “un médico de alto renombre”, “alcalde de gratos recuerdos”  y “un patrocinador de todas las buenas construcciones de su pueblo”.

    El propio año de su muerte (1909),  fueron colocadas dos lápidas por parte de la corporación municipal de Santa Clara, las que dan fe de las obras acometidas por esta figura villaclareña; una en el Dispensario “El Amparo” y otra en el Cuartel de Bomberos de Santa Clara, ésta en memoria de su primer jefe y fundador.

    El  médico prestigioso

    Además de haber ejercido como médico en el Hospital Militar fue nombrado Médico Municipal. Fue escogido para integrar el servicio de inspección que se elegía mensualmente por el Ayuntamiento para inspeccionar todo lo relativo a los asuntos médicos. A su vez, visitaba gratuitamente a las personas pobres que necesitaban de sus servicios y durante la Guerra del 95, repartió alimentos y curó sin recibir remuneración a cambio, a la población reconcentrada que agonizaban en las calles de Santa Clara. Estableció en su casa, ubicada en la calle Santa Clara No 15 (hoy calle Rafael Tristá), una casa de salud, de ahí el inmenso afecto popular que siempre obtuvo de su pueblo.

    Fue miembro de la Sociedad de Socorros Mutuos de Santa Clara, fundada en el año 1881 y creada, en su origen, por y para los artesanos de Santa Clara con el deseo de protegerse mutuamente. Esta Sociedad garantizaba médico y medicinas, asistencia por especialistas, análisis, exámenes y cualquier operación en Hospital o Clínica, así como otros beneficios a los que tenían derecho, familiares de los socios fallecidos. De ella se dice que fue una sociedad genuinamente villaclareña:

    …“a ello contribuyó  fuerte y decisivamente, entre otros factores,  el cariño altruista  y enérgica guía de un prócer insuperado del civismo y la cultura de Villaclara: el Dr. Rafael Tristá Valdés. Sería indigno e ingrato en quien hablara de “Socorros Mutuos” no recordar al médico de la Institución, que ayudó a fundarla y sostenerla, prestando sus servicios desinteresadamente  largo tiempo”… (6)

    Formó parte de la llamada Sociedad Cuerpo Médico- Farmacéutico – Dental, constituida el 11 de diciembre de 1892 con el fin de tratar todos los asuntos relacionados con el progreso científico y con el bienestar y prestigio de estas profesiones. De esta Sociedad, surgió en el año 1894, la idea de crear el Dispensario “El Amparo”, a propuesta de los doctores Rafael Tristá y Eugenio Cuesta Torralba, idea que se materializó gracias al patrocinio y subvención de Marta Abreu y del que fuera Tristá su director desde su inauguración, el 1º. de marzo de 1895, hasta su muerte en 1909; esta institución  brindaba asistencia médica gratuita, baños y alimentos a los niños pobres. El Dispensario tuvo su sede en el edificio construido  en 1889 para la celebración de la Feria Exposición.

    En 1902 propuso la formación  de la Liga contra la Tuberculosis en esta ciudad, la que quedó constituida en enero de 1903.

    Colaboró en la publicación del “Manual del Cirujano Dentista”, obra compuesta de 324 lecciones y un apéndice que contestan al programa exigido de esta facultad, junto a Antonio Ruíz Pegudo (editor)  y a los doctores Salas y López Vila, por medio de la consulta de los mejores autores sobre esta importante materia, así como valiéndose de los vastos conocimientos que poseía sobre Anatomía, Fisiología, Patología y Mecánica dental, los que  lograron formar un libro de gran valor, particularmente para aquellos profesionales que se dedicaban al estudio de la ciencia.

    Su desempeño como Alcalde Municipal

    Ocupó cargos en el Ayuntamiento como los de Concejal y Síndico; sus condiciones de carácter e inteligencia demostradas en estos puestos, lo elevaron pronto a la presidencia de esta corporación, por elecciones municipales que se verificaban y en las que siempre resultó vencedor el Partido Autonomista (Liberal) sobre el Unión Constitucional (Conservador), así se desempeñó como alcalde municipal en diferentes períodos y en circunstancias críticas durante la dominación española, resultando electo en los años: 1885- 1886, 1887-1888 y 1889;  y nuevamente en los años  1897-1898, …” y aquí empieza la página mas gloriosa de su vida.” (7)

    Aunque no demostró su patriotismo de manera intransigente, lanzándose como otros coterráneos suyos al campo de batalla, siempre se mostró defensor de los intereses de la localidad; a favor de las ideas que beneficiaran a su pueblo, en especial, a los más pobres y desposeídos, así como por el avance de su ciudad natal. Así, en Cabildo extraordinario realizado el 27 de mayo de 1889, con motivo de la visita del Gobernador General Manuel Salamanca y Negrete a la ciudad, se enfrentó a éste y expuso críticamente la situación económica y social que afrontaba el territorio, tales como: la escasez de recursos para atender las obligaciones que demandaban las Administraciones Municipales; las dificultades que imposibilitaban el cobro de los impuestos para saldar las deudas contraídas por varios años, a pesar de las alternativas para atenuar las mismas; la imposición arbitraria del pago del impuesto de consumo, así como el derecho del consumo de ganado, lo que trajo consigo la ruina de esta industria; el atraso en el pago de los salarios a los maestros; la administración del Cementerio por el Ayuntamiento y no por la Iglesia; el reclamo de mejora de condiciones para los presos, como forma de rehabilitarlos para la vida futura y la creación de una Junta de Patronos para la administración de los Hospitales, demostrando con ello su oposición a  algunas medidas tomadas por el Gobierno y su preocupación por la introducción de reformas tendientes a mejorar la situación precaria imperante en la localidad.

    Con escasos recursos y ….” gracias a su celo, realizó el hecho que más honra a Santa Clara: la Feria Exposición, conmemorativa del segundo centenario de la fundación de esta ciudad, llevada a cabo en julio de 1889, con la que dejó a esta población un timbre de gloria y un edificio propiedad del Ayuntamiento”.(8) Para su preparación realizó un viaje hasta Puerto Príncipe, (actual provincia de Camagüey) junto a cinco compañeros más, para adquirir experiencias de las Ferias Exposición “Casino Campestre” que allí se realizaban, de cuyo viaje quedaron impresas las memorias en el folleto titulado “Recuerdos de Puerto Príncipe”, escrito por el propio Tristá en el año 1888.

    Participó en la fundación de innumerables obras públicas durante los períodos de su mandato, entre ellas, el Teatro La Caridad, Los Lavaderos Públicos, el Puente del Camino del Cayo, la Escuela para niñas pobres Santa Rosalía y el Dispensario “El Amparo” y se propuso proyectos de mejora para llevar a vías de hecho el cometido que como presidente de la Corporación tuvo en el año 1887 tal y como consta en sesión extraordinaria del Cabildo celebrada el 17 de agosto, para dar cumplimiento a la designación hecha por el Gobernador General para los cargos de Alcaldes y Tenientes de Alcaldes de esta municipalidad, en la que Tristá tomó posesión de la presidencia e

    “Hizo uso de la palabra  (…) y después de manifestar en cuanto estimaba la confianza que había merecido a los Sres Concejales que le honraron, con sus sufragios para ocupar aquel puesto, expuso a grandes rasgos la situación económica administrativa del Ayuntamiento, así como los trabajos llevados a cabo, durante el bienio anterior, para normalizar la marcha de la Corporación, unificar y amortizar su deuda, y regularizar en lo posible los servicios que la Ley confía a estos Cuerpos; que así como había obtenido el eficaz concurso de sus compañeros para lograr, en parte aquel resultado, esperaba obtenerlo en el nuevo período, tanto para continuar en la nueva senda de organización que se había emprendido, cuanto para llevar a cabo después de maduro estudio, algunos proyectos de indisputable interés para el pueblo, tales como el de la Feria-exposición al cumplirse el segundo centenario de la fundación de esta ciudad, la construcción de dos casa Escuelas y otros que conocen privadamente algunos Sres Concejales. Finalmente terminó S. Sría felicitando a los Sres nombrados y a la I. Corporación por haber sido aprobadas sin modificaciones los temas elevados por el Ayuntamiento a la Superioridad, lo cual demostraba que los electos disfrutan por igual la confianza del Municipio y del Gobierno”.(9)

    Se manifestó contra el cierre temporal del Instituto de Segunda Enseñanza en el año 1996, en su proclama expuso: 

    (…)Que la aludida supresión ha causado bastantes perjuicios a esta ciudad y pueblos de la Provincia, no solo por privarle de un Centro que reflejaba la cultura de la misma sino también porque priva a los hijos de padres pobres de recibir los beneficios de la segunda enseñanza, en virtud de que no cuentan con medios de sufragar los gastos de traslación a Matanzas, ni tampoco los que origina la enseñanza privada. Que siendo Santa Clara la segunda provincia en población y riqueza, tiene derecho incuestionable a contar con un establecimiento decente de la clase aludida, en el que reciban la instrucción secundaria la juventud de ambos sexos, que luego le es útil en todos los órdenes de la vida, aún cuando no puedan terminar la carrera superior …(…) (10)

    Bajo estos argumentos se acordó por la Corporación, reclamar al Gobernador General la reapertura de esta Institución, quedando autorizado para redactar la exposición  que se elevaría al Gobierno General, el Alcalde Presidente Rafael Tristá.

    El amigo de Marta Abreu

    Varias son las anécdotas recopiladas, en la bibliografía consultada, en las que se traduce la transparencia de las relaciones cordiales y de confianza mutuas que existieron entre la benefactora de Santa Clara y este coterráneo suyo. Cuando Marta supo de la propuesta que hiciera Tristá en reunión del Cuerpo Médico Farmacéutico sobre la creación de un Dispensario para la atención a los niños pobres lo citó a su residencia de La Habana donde le propuso costear todos los gastos para la instalación y manutención de esta institución y conformar así, el proyecto para su construcción.

    Consta en sesión del cabildo celebrada el 31 de enero de 1907, una comunicación de Marta Abreu en la que manifiesta que “….queriendo favorecer a los pobres necesitados de abrigo se haga una liquidación de los fondos del teatro y se le entregue la parte que le corresponde al Dr. Rafael Tristá a quien comisiona para el  caso…”  (11). Igualmente, el 4 de diciembre de este mismo año Tristá es encargado nuevamente para esta encomienda por la Benefactora de Santa Clara. (Actas Capitulares.  Año 1907, folio 24, tomo 58.)

    En la edición ampliada por Julio Arturo Valdés de la Memoria histórica de la Villa de Santa Clara y su Jurisdicción escrita por Manuel Dionisio González, manifestó que  “era el Doctor Rafael Tristá el alma máter de la época en que la villaclareña Marta Abreu de Estévez, se dedicó a sus obras benéficas en su ciudad natal,  y que él fue su mejor consejero”.(12)

    Es por ello, que entre las notas de duelos que se expresaron por tantas personas de todo el país en los distintos medios de prensa, en los días siguiente a la muerte  de Marta, el 2 de enero de 1909, también se publicaron las de Tristá en el Periódico  “La Publicidad”  de Santa Clara, el 4 de enero de 1909: “Cuando experimentamos la pérdida de un ser querido, el sentimiento doblega de tal manera el espíritu, que difícilmente coordinamos nuestros pensamientos y podemos expresarlos: nos parece un sueño lo que es una triste realidad. (13)

    Conclusiones

    1. El Dr. José Rafael Tristá Valdés, puede ser considerado como una figura relevante de la ciudad de Santa Clara perteneciente al siglo XIX, no solo por su desempeño como médico, sino también por los roles que jugó como figura pública de su época y ciudadano comprometido con su ciudad natal.
    2. Aunque físicamente no estuvo presente en el campo de batalla durante la Guerra del 95, su aporte a la causa revolucionaria se traducen desde la posición que mantuvo como alcalde, médico y como miembro de las diferentes asociaciones a las que perteneció.
    3. La vida de Tristá fue una serie ininterrumpida de actos de amor al prójimo. Fue, entonces un ciudadano que supo ser útil a su patria, por ello sus contemporáneos lo catalogaron como “un médico de alto renombre”, “alcalde de gratos recuerdos” y un patrocinador de todas las buenas construcciones de su pueblo”.

     Notas, citas y referencias bibliográficas:

    1-Magazine “La Lucha” p 57.

    2-Rafael Tristá en Revista Ilustrada, Cuba y América. p 43.

    3-Rafael Tristá. Ob. cit, p 44.

    4-Ibídem p 45.

    5-Reseña histórica del Cuerpo Médico Farmacéutico y del Dispensario El Amparo de Santa Clara. p 24.

    6-Magazine “La Lucha” ob. cit. p. 63.

    7-Revista Villaclareña ob, cit. p. 4.

    8-Ibídem p 4.

    9-Actas Capitulares Año 1887 folio 103. tomo 40.

    10-Acta Capitulares año 1997 folio 195 tomo 50.

    11-Acta capitular 1907 folio 24tomo 5.

    12-González, Manuel Dionisio. Memoria histórica de la Villa de Santa Clara y su Jurisdicción. Imprenta Del Siglo 1858. p. 550.

    13-García Garófalo Mesa, Manuel. Marta Abreu Arencibia y el Dr. Luis Estévez Romero.

    (Autora: Lic. Damaris Pérez Martínez, especialista del Archivo Histórico Provincial, Villa Clara.)

     

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