Nació el 27 de diciembre de 1863 en Santa Clara, era de origen muy humilde, tuvo una niñez bastante triste, perdió a su madre cuando apenas contaba cinco años de edad, y esta desgracia influyó decisivamente en su vida. A un amigo íntimo suyo, compañero de oficio a quien mucho quería, Celestino Ramos, le dedicó en 1888, un poema titulado Soledad en la que refleja la amargura que le consumía.
Él con sus propios esfuerzos se preparó para la vida e hizo uso de sus potencialidades intelectuales, fue poeta, escritor, realizó labores periodísticas incluyendo las editoriales pues en su haber tiene obras como el folleto “15 de Julio” de 1918, última obra que realizó, ya que falleció ese año a los 55 años de edad, también tuvo a su cargo el álbum homenaje a Marta Abreu en 1895 cuando la inauguración de la Planta eléctrica y otras obras auspiciadas por Marta. Fue director de publicaciones como “La Unión” y el “Eco de Villaclara” y redactó la inscripción que acompaña el monumento a la benefactora develado el 15 de julio de 1925, cuando ya el había fallecido.
Colaboró con muchos de los periódicos locales: “El Mosaico”, “La Ristra”, “La Revista Villaclareña”, “La Esquila”, “El Pueblo”, “El Republicano”, “El Comercio”, “Blanco y Negro”, “El Propagandista”, “El Independiente”, “La Semana”, “La Publicidad”, ”El Demócrata” y otros muchos periódicos que contribuyeron al progreso intelectual de nuestra ciudad. Como poeta usó con frecuencia el seudónimo J. de Selva.
Entre sus poemas, fueron seleccionados cuatro por Manuel García Garófalo Mesa para su libro Los poetas villaclareños: A Cervantes, A Colón, Al Tamarindo y Soledad.
A Santa Clara llegó el primer barbero en 1713 llamado Lorenzo de Rivera quien solicitó licencia para abrir la primera barbería y peluquería. Este oficio se fue arraigando y ya en el siglo XIX había varias barberías y una de las familias de barberos eran los Valdés por lo que Juan Evangelista procedía de una familia de este oficio y de las diez o doce que existían en la ciudad en la época que vivió Juan E Valdés, aparecen como dueños de algunas de ellas otros con su mismo apellido, como Leandro Valdés, Joaquín Valdés y Joaquín Valdés Águila, este último tenía su barbería en los bajos del teatro La Caridad y la suya estaba situada en la calle Luis Estévez, donde, según refiere el historiador Florentino Martínez en su libro “Ayer de Santa Clara”, ocupaba dos espacios, pues todo indica que también estaba allí la imprenta, aunque Florentino lo que señala es un taller de grabado de el Dr. José B. Cornide que atendía su hijo Pepe y Erasmo Álvarez y donde Valdés Veitía también laboraba en el recortado y montaje de las obras.
Juan Evangelista Valdés mantenía relaciones con personas importantes de la ciudad y a su barbería acudían Luis Estévez, Enrique Villuendas, entre otros.
Estuvo enrolado en las lucha por la independencia en el Club Juan Buno Zayas, en su barbería le hicieron la despedida al destacado músico Néstor Palma, cuando se marchó a la guerra, también una vez concluído el colonialismo español en Cuba los veteranos se dedicaron al rescate de los restos de los caídos en la guerra en diferentes lugares para depositarlos en el cementerio en un mausoleo construido para esos fines y fue Valdés quien organizó la comisión que se llamó “Reliquias por la Patria” y contribuyó a la recogida de los restos, incluyendo el del músico Néstor Palma en la finca Punta la Cana de Pastora González, cerca de Antón Díaz.
Joaquín Valdés tenía como hobby escribir diariamente lo que acontecía en la ciudad cuando ya tenía 25 años anotados le entregó los cuadernos a Juan E Valdés que continuó 20 años más hasta su muerte, por lo que quedaron crónicas de aquella época que se perdieron con el tiempo y que hubiera sido muy útil para la historia.
Juan Evangelista Valdés Veitía falleció el 19 de octubre de 1918 y el 27 de ese mismo mes el Ayuntamiento acordó nombrar la calle La Palma con su nombre.
El profesor Francisco Antonio Ramos García y otros autores escribieron un artículo titulado El Día del Barbero Cubano fue instituido en honor a un santaclareño en el que esclarecen el por qué Juan Evangelista Valdés es seleccionado para que los peluqueros y barberos le rindan homenaje.
“…ciérrese repito, el HOMENAJE modesto del más oscuro de sus hijos; a la Villaclara del pasado y del presente, en el aniversario 229 de su advenimiento a la vida de los pueblos; y sea él testimonio más firme del cariño y del respeto que nos inspira todo lo que pueda enaltecer, aun más, su nombre prestigioso. Saludemos pues a la Villaclara del porvenir con esta exclamación que lanzamos desde lo más hondo de nuestro corazón: PUEBLO MÍO: “Que la vida de los siglos te sonría en todo el esplendor de tu grandeza”.
Vanguardia correspondiente al 12 de julio de 1990 en la sección “Lo Último” con algunos datos biográficos y que concluía: “…en su honor se instauró el “Día del Barbero el 27 de diciembre” sin otras precisiones.
Nos quedaba por determinar en qué año se había instaurado el representativo día y si todavía se celebraba pues no teníamos noticias de que en Santa Clara se celebrara e incluso al preguntarles a algunos profesionales del ramo, desconocían de la existencia de tal día. La respuesta la obtuvimos en la Revista Digital “Opus Habana” con fecha del viernes 5 de enero del 2007 que bajo el título de “Gran Salón de Belleza al Aire Libre” explicaba que el 27 de diciembre del 2006 un total de 193 barberos y peluqueros se habían dado cita en la Plaza Vieja del Centro Histórico de la capital para pelar al unísono en conmemoración al “Día del Barbero y el Peluquero”, auspiciada la actividad por el proyecto “Artecorte”.
Más adelante el artículo describe con lujo de detalles e imágenes fotográficas el evento y precisa que la fecha fue propuesta al Senado en 1946, que la implementó jurídicamente ese mismo año, por el senador y poeta villareño Pastor del Río(2) quien había conocido y cultivado la amistad de Juan E. Valdés en sus años juveniles. La fecha se celebró por primera vez en 1947. La revista apunta además que del referido barbero que también había sido poeta, periodista y revolucionario apenas era recordado por la historiografía actual.
A partir de que se decide a nivel de país celebrar el 27 de diciembre Día del Barbero”, por el aniversario de Juan Evangelista, en Santa Clara se realizó un acto homenaje en la sede de este gremio en Luis Estévez y Céspedes, en el cual además de las actividades propias de los peluqueros y barberos, la autora de este artículo, pronunció una alocución referente a la historia de esta personalidad y se develó un cuadro con su efigie. Después en 2018 cuando se conmemoraba el centenario de haberle puesto su nombre a la calle La Palma, en la Casa de la Ciudad se organizó una actividad comunitaria con los vecinos de la cuadra pues dicha calle es la que pasa por el fondo de la Casa y se invitaron a los peluqueros para rendir homenaje a quien tanto se lo merece como fue Juan Evangelista Valdés. Un santaclareño olvidado y que el gremio de los peluqueros y barberos con mucho acierto ha revitalizado.
(Autora: M Sc Hedy Águila Zamora, profesora e Historiadora de la Ciudad.)