En la historia de la música cubana se inscriben muchos nombres de villareños que han dignificado esta manifestación artística con su talento, perseverancia, disciplina y respeto a la creación musical, en el presente trabajo se propone incorporar a esa pléyade uno más: Ángel Román González Borrell, nacido en Trinidad, antigua provincia Las Villas, el 2 de agosto de 1931, en el seno de una familia de condición más bien humilde, sus padres, Vicente González Sánchez y María Borrell Moreno, obrero cerámico y ama de casa, respectivamente, tuvieron además cuatro hijas: Zoila, Carmen, Eumelia e Hirmina.
El entorno familiar se distinguió por un predominio del amor y la armonía entre sus integrantes, a pesar de las endebles condiciones económicas en que vivían, si se tiene en cuenta que su nacimiento ocurrió en uno de los períodos históricos de gran trascendencia para el pueblo cubano bajo la tiranía del General Gerardo Machado Morales (1925-1933), seguido de otros regímenes tiránicos que en nada mejoraron la situación económica del país, por lo que las familias humildes sufrieron penurias para poder alimentar a sus hijos, la infancia de Borrell estuvo marcada por la época.
En él se descubrían aptitudes musicales desde muy niño, por lo que el padre le enseñó teoría y solfeo y más tarde estudió flauta y saxofón con los profesores Andrés Lara y Leonardo Castellano, en su ciudad natal. A los 15 años ingresó en la Banda Municipal de Trinidad bajo la dirección de Aníbal González, en calidad de educando. El 30 de noviembre de 1951 fue nombrado oficialmente músico en plantilla de dicha agrupación, lo que constituyó su ingreso oficialmente a la rama artística. Alternaba con su actuación en algunas orquestas de música bailable donde tocaba el saxofón: la de Heriberto González en Trinidad, Siboney y Ritmo Tropical en Fomento y luego como flautista en la orquesta Estrellas del 48, también de Trinidad. La vida de los músicos durante el período neocolonial, en poblados pequeños, no era muy halagüeña, tenían que esforzarse mucho para poder sobrevivir y mantenerse en la palestra artística.
En 1956, la familia se trasladó a Santa Clara, en aquel momento, esta ciudad era la capital de la antigua provincia Las Villas, lugar de mayores oportunidades para el desarrollo profesional de un músico. Fue a residir al reparto Camacho. Ingresó en la Banda Municipal de esta ciudad bajo la dirección del maestro Agustín Jiménez Crespo en la plaza de “flauta solista”.
El interés de Borrell por su superación se evidencia al matricular la Escuela Normal para Maestros en Santa Clara, la que alternaba con sus actividades como músico profesional, también era una forma de costearse sus estudios de magisterio. Los dos primeros años de su carrera ocurrieron en un período muy convulso de enfrentamiento de las fuerzas más progresistas del país contra la tiranía de Batista, donde los estudiantes jugaron un rol importante. Durante los últimos meses del año 1958 la Normal se cerró y al triunfo de la Revolución, en 1959, se reabrió para que los alumnos pudieran concluir los estudios. En 1961 se graduó. Ese curso en todo el país se adelantó para la incorporación de los estudiantes a la Campaña de Alfabetización, él también se sumó al llamado de la Revolución y alfabetizó.
Aún siendo alumno de la Normal, contrajo matrimonio con Eladia Portal Jiménez, en 1960, de esa unión nacieron tres hijos: Elsida, en 1964; Jorge, 1966 y Katia, 1970. Los dos primeros siguieron los pasos de su padre por los caminos de la música.
En 1962, aunque se mantenía trabajando en la Banda, ingresó en la Orquesta Sinfónica de Las Villas, también bajo la dirección de Agustín Jiménez Crespo, esta dualidad la mantuvo hasta 1964, fecha en que se separó de la Banda para integrar la Orquesta Aliamén de la cual fue fundador. Integró, además, otras orquestas de música popular: Universal, Selección, Night and Day y Rosita y sus Estrellas, fundó en 1973, el Cuarteto de Cámara de la Orquesta Sinfónica de Las Villas, en el que tocaba la flauta, acompañado por Freyda Anido al piano, Humberto Benítez en el violín y Pedro Carranza en el Violoncello. Posteriormente trabajó con la banda municipal de Ranchuelo.
Realizó otras funciones relacionadas con la música como las de servir de Jurado en concursos y festivales por los que recibió diplomas de reconocimiento: Concurso de Solfeo, efectuado en Cienfuegos en 1978; el Adolfo Guzmán, donde participó en la selección de intérpretes que representarían a la provincia de Villa Clara, 1979 y 1980; el Provincial “Amadeo Roldán” para estudiantes de nivel elemental de música, 1981, 1984; el Festival Provincial de Música Benni Moré en Cienfuegos, 1989; Festival de Música Gustavo Rodríguez In Memoriam en Santa Clara, 1990 .
Combinando sus conocimientos musicales con los pedagógicos, comenzó a trabajar, en 1965, en la Escuela Elemental de Arte Olga Alonso de Santa Clara, como profesor de Armonía y más tarde, Solfeo, esta especialidad también la impartió a músicos en ejercicio a partir de 1977, tarea compartida con Rafael Prats, convirtiéndose así en los iniciadores de lo que posteriormente sería la Filial de Música Ignacio Cervantes. (Esta filial es actualmente el Centro Provincial de Superación para la Cultura (CPS), sito en Marta Abreu No 122 entre Alemán y Juan Bruno Zayas), en esta institución se mantuvo como profesor hasta su muerte y actualmente lleva su nombre.
La labor que de forma voluntaria desarrollaron Borrell, Prats y otros músicos de la provincia, permitió que germinara la enseñanza de la música de forma institucional, a fin de que los músicos profesionales que no poseían título de nivel elemental y medio pudieran alcanzarlos, así surgió, lo que a partir de 1978, sería la filial de la escuela nacional de música “Ignacio Cervantes” de La Habana, desde donde se ofrecían las orientaciones metodológicas para el desarrollo de programas de estudio. Por tan destacada actitud en pos del desarrollo musical mediante sus aportes a la capacitación técnica y profesional de los músicos en la provincia, la Dirección de Cultura, el Poder Popular y el Sindicato de la Cultura en Villa Clara le entregaron Certificación de Reconocimiento en 1977. En ese mismo año, también fue reconocida su labor como activista en diferentes tareas en la gestión sindical, pues su integración a la Revolución lo llevaron a contribuir con su esfuerzo personal a la dirección del movimiento obrero como miembro del Secretariado Provincial del Sindicato de la Cultura, cargo que ocupó durante diez años ( 1976 a 1986 ).
En la década de los ochenta se realizaron evaluaciones técnicas a los trabajadores de la rama artística, colaboró en 1980 en esta actividad, por lo que recibió un Reconocimiento a su meritoria labor. A su vez él fue evaluado por la Comisión Intermedia de Bandas, de la que recibió la calificación de músico y por la Comisión Técnica de Música Sinfónica y de Cámara de la que le fue conferida la calificación de B, como músico instrumentista por otorgamiento. Dos años más tarde fue evaluado nuevamente y se le otorgó la calificación de músico solista de banda de música y subdirector de banda, funciones que desempeñaba en la Banda de Conciertos de Santa Clara.
Esta década de los ochenta significó un paso de avance en el desempeño profesional de Borrell, quien además de las calificaciones exitosas obtenidas en las evaluaciones artísticas, se capacitó en La Habana en la Escuela Nacional de Arte (ENA) a través de seminarios anuales y en el Centro de Superación de la Enseñanza Artística (CENSEA) en nivel medio de Solfeo También perfeccionó sus estudios de flauta con el profesor Mario Badia en el Conservatorio “Guillermo Tomás” de La Habana y más tarde con Luis Bayard en la ENA y por último en el CENSEA con el profesor Benito Carcasés, hasta graduarse en 1985.
Continuó en ascenso su perfeccionamiento profesional, en 1988 realizó el ejercicio de categorización docente de Profesor Instructor Auxiliar en el ISP “Félix Varela” de Villa Clara. Trabajó en investigaciones, cuyos resultados eran expuestos en eventos científicos.
En la mencionada década (1980) resultó electo presidente de la filial de música de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) donde se venía desempeñando como vicepresidente y en la que realizó múltiples actividades organizativas y culturales. En 1984 fue ratificado nuevamente presidente. Participó en números eventos representando a la UNEAC: Festival de Música de los Países Socialistas, en octubre de 1984. Asistió al III Festival de Música Contemporánea, celebrado en La Habana, auspiciado por la UNEAC, en 1987, donde actuó como concertista con la Orquesta Sinfónica de Villa Clara en la Casa de la Música Alejandro García Catarla. Interpretó el Concierto para flauta, cuerdas y percusión cubana del mejicano Kuri Aldana. Festival de Música Melodías Amigas en la República Popular de Mongolia acompañado por la intérprete villaclareña Marlén Calvo y el director de orquesta Osmundo Calzado, en 1987. Fue delegado al IV Congreso de la UNEAC en 1988. En 1990 tuvo la responsabilidad de la dirección artística en la III Edición del espectáculo Boleros de oro, celebrado en la sede de la UNEAC de Villa Clara. La UNEAC le estimuló con Diploma a Miembro Destacado.
Integró el Contingente Juan Marinello, brigada que aportaba numerosas horas de actividades culturales voluntarias, las que se controlaban por el Sindicato de la Cultura. En 1989, por motivos del tricentenario de la fundación de la ciudad de Santa Clara, instituyó junto a otros compañeros la orquesta charanga Renacer, agrupación creada para rescatar la tradición danzonera, con ella realizaron innumerables actividades dentro y fuera de la ciudad.
Borrell, activo e incansable músico, ofrecía conciertos didácticos para estudiantes en el Museo de Artes Decorativas de Santa Clara. Los que conllevaban además de la interpretación del instrumento (flauta) una información histórica de esa especialidad. Actuó como solista con la Banda de Conciertos de Santa Clara en la celebración del centenario de Gonzalo Roig y en el concierto conmemorativo del IV Aniversario de la desaparición física del destacado flautista villaclareño Rafael Prats. Participó como miliciano en la Operación Tributo en el sepelio de los internacionalistas cubanos, con una banda formada por integrantes de la Orquesta Sinfónica. Con la que actuó en otros territorios de la provincia como el Municipio de Cifuentes y en el poblado de San Diego del Valle.
Ángel González Borrell siempre fue un trabajador abnegado, muy querido por sus compañeros, en cualquiera de los puestos que ocupó, fue un líder de opinión ante los trabajadores, muestra de eso son sus funciones como dirigente sindical y otras organizaciones, así como las reiteradas oportunidades en que fue seleccionado trabajador destacado. Su carácter afable, siempre sonriente, sirvió para afrontar los mayores embates de su vida personal y laboral.
Recibió numerosos reconocimientos, condecoraciones y distinciones por su participación destacada en la actividad sindical y laboral, el trabajo voluntario, movilizaciones hacia labores de la zafra y otras tareas señalas por la Revolución, entre ellos: Distinción “15 años de trabajo en el sector de la cultura”, en 1966. Reconocimiento por haber sido seleccionado candidato a delegado al XIII Congreso Obrero Nacional de la CTC, en 1973 y en ese mismo año recibió Bono por haber cortado 1000 arrobas de caña. Certificado de Trabajador de Avanzada de la Orquesta Sinfónica de Las Villas del Sindicato de Artes y Espectáculos, en 1974. Diploma otorgado por el Comité Preparatorio del XI Festival de la Juventud y los Estudiantes, en 1978, por haber donado de forma voluntaria un día de haber como aporte a engrosar los fondos del magno evento, además, en este mismo año fue estimulado con otro diploma por la labor realizada en las actividades culturales desarrolladas en la Banda de Música de Santa Clara. Certificado entregado por la Dirección de Radio en Villa Clara por su participación en la selección del intérprete que representó a la provincia en el Concurso “Adolfo Guzmán” de música cubana, en 1979. Diploma como Trabajador de Avanzada, 1976- 1979 y Cumplidor de la Emulación Socialista, otorgado en 1980. Certificado recibido por haber cumplido los requisitos establecidos en la emulación X Congreso de la Federación Sindical Mundial en la Orquesta Sinfónica de Villa Clara, en 1981, en ese año recibió además, Diploma en Reconocimiento, firmado por el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, a su destacada participación en la Campaña Nacional de Alfabetización en ocasión del XX Aniversario de este histórico acontecimiento. Reconocimiento en 1984 por su activa contribución a la victoria de la Batalla por el Sexto Grado, en calidad de maestro, Mejor Trabajador Municipal y Mejor Trabajador Provincial del Sindicato de la Cultura, en 1985. Mejor Trabajador en la Banda Municipal de Santa Clara. Trabajador de Avanzada del Quinquenio 1981-1985. Medalla de la Alfabetización. Diploma como fundador de la Orquesta Sinfónica de Villa Clara con motivos del 25 aniversario, en 1987 y Diploma en 1988, por su contribución al desarrollo cultural de la provincia, ambos otorgados por el Sectorial Provincial de Cultura. Carta de Reconocimiento firmada por el Director Provincial de Cultura por el trabajo como miembro del Consejo Técnico Artístico de Bandas de Concierto de la provincia y Reconocimiento de la Comisión Rectora Provincial de la Evaluación Artística por su labor en el asesoramiento técnico musical de las diez bandas de concierto de la provincia. Medalla “Raúl Gómez García” por 25 años en el sector artístico.
Ángel R. González Borrell mantuvo una trayectoria política intachable a favor de la causa revolucionaria, cederista destacado, opiniones muy favorables de sus vecinos avalan esta afirmación, su participación fue muy valiosa en el reparto “Raúl Sancho” en los bloques situados entre Toscano entre San Cristóbal y Candelaria, en el que ocupaba el cargo de vigilancia y atendía las actividades culturales y recreativas del CDR No 5 Manuel Ascunce Domenech de la Zona No 15, donde residió hasta su fallecimiento producido por un derrame cerebral, el 25 de mayo de 1992. Militó en las filas del Partido Comunista. Perteneció a las Milicias Nacionales Revolucionarias.
Dedicó toda su vida a la música, a la enseñanza y formación de nuevos valores musicales. Con su esfuerzo y tenacidad contribuyó a que, en la provincia, esta manifestación artística tomara nuevos caminos hacia el desarrollo del que pude enorgullecerse cualquier villaclareño en los tiempos actuales.
(Autora: M Sc Hedy Águila Zamora, profesora e Historiadora de la Ciudad)