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    Familia González Abreu Arencibia

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    Pedro Nolasco González Abreu Jiménez (1812-1876)

    Pedro Nolasco

    Don Pedro Nolasco nació el 31 de enero de 1812, hijo de Manuel González Abreu, Conde de los Remedios, que llegó procedente de Islas Canarias a principios del siglo XIX y de la joven santaclareña Rosa Jiménez. Fue uno de los 12 hijos varones de este matrimonio, más cinco hembras, 16 hermanos en total tuvo Don Pedro Nolasco, todos fueron partícipes de la extensión del patrimonio labrado por Don Manuel González Abreu, Pedro Nolasco está entre los hijos de la familia que mayor fortuna hizo durante el siglo XIX. Se casó el 24 de abril de 1843 en la Parroquial Mayor de Santa Clara con Doña  Rosalía Justiniana Arencibia Plana, nacida en Santa Clara el 5 de septiembre de 1826.

    Al casarse Pedro Nolasco tenía 31 años, mucho mayor que su esposa. Tuvieron tres hijas, dos (Rosa y Marta) en su vivienda en la calle Sancti Spíritus e/ Callejón de las Flores y Calvario, ahora (Juan Bruno Zayas e/ Padre Chao y Marta Abreu) y una, Rosalía en 1862, en la otra casa de la calle el Carmen que mandó a construir, donde vivieron hasta 1869 cuando se inició la guerra de Los Diez años en la región central. Su situación se tornó difícil porque estaba comprometido con las autoridades españolas de la localidad y también lo estaba con la insurrección ya que tenía familiares muy allegados entre los mambises, y tanto unos como otros le solicitaban ayuda económica, ante tal situación, prefirió trasladarse a La Habana con su familia.  Residieron en Prado y Trocadero, además de adquirir la Quinta de Palatino para veraneo, y un panteón en el cementerio Colón. 

    Pedro Nolasco participó en la vida política de Santa Clara, fue Teniente de Guardias de Caballería Urbana; en 1842, segundo Alcalde de la villa  y en 1856 Alcalde Primero, según consta en el Acta del ayuntamiento de fecha 26 de abril 1856. Por esta época contribuyó a que se construyera la escuela que había pertenecido al padre Hurtado de Mendoza y que los militares españoles ocuparon y devolvieron 20 años después en estado de deterioro. Pedro Nolasco y Juan Jova decidieron construir otra nueva en un terreno de su propiedad en la siguiente cuadra al pasar la calle Santa Ana (Lorda) que hoy se conoce como escuela Francisco Hurtado de Mendoza

    Fue propietario de un inmenso capital invertido, parte en la industria azucarera en ingenios por la zona cercana a Cruces: Santa Catalina, San Francisco y Las Mercedes, y el Dos Hermanas, en Encrucijada, además de dotaciones de esclavos, otras propiedades en inmuebles alquilados, diseminados por las principales calles de Santa Clara, Santi Spíritus, San Francisco Javier, Santa Elena, Carmen, calle Santa Rosalía, San Agustín, etc., muchas fincas y solares, haciendas ganaderas, negocios en Cienfuegos y en La Habana, entre otros que hacían de Don Pedro Nolasco un hombre millonario.

    En su vida familiar era atento y amoroso, acostumbraba a viajar con su esposa e hijas con frecuencia, por temporadas a la finca Dos Hermanas, nombre que dio a esta hacienda por las dos niñas, sus hijas Rosa y Marta. También cumplían con los preceptos religiosos, propios de la época, los domingos al asistir a la misa en la Parroquial Mayor. Llevaba a las niñas a las puesta en escena del teatro Dolls, muy próximo a su casa, y otros acontecimientos de interés pueblerinos como el día que voló un globo desde la Plaza Mayor. No obstante su comportamiento a la hora de decisiones mayores con respecto a sus hijas fue intransigente, en este caso, con Marta porque cuando se enamoró lo hizo de jóvenes sin fortuna y por tanto, las dos veces que esto ocurrió Don Pedro se opuso, uno cuando estaban en Santa Clara, Marta era muy joven y tuvo relaciones amorosas de manera extraoficial y muy pasajeras con el maestro Joaquín Anido Ledón, quien no fue aceptado y la otra vez en La Habana al tener conocimiento de que Luis Estévez Romero pretendía a su hija, tampoco tenía fortuna y era cuatro años más joven que ella, para evitarlo la envió a casa de su hermano Eduardo González Abreu en Santa Clara, que residía en Calvario y San Agustín  (Marta Abreu y Alemán), pero Luis la buscó y los tíos le aprobaron el matrimonio, Marta desobedeció a su padre y realizaron su boda en la Parroquial Mayor de Santa Clara, ceremonia a la cual no asistieron ni Pedro Nolasco ni su esposa Rosalía. Pasado el tiempo cuando nació su primer nieto Pedro Zenón Estévez Abreu en 1875, las relaciones se estrecharon nuevamente, pero murió al año siguiente, el 26 de febrero. Antes dejó en testamento 20 000 pesos para la construcción de una escuela para niños pobres, varones y de la raza blanca, que sus hijas se encargaron de construir y atender y llevó su nombre, esta escuela fue construida en la actual Carretera Central esquina a la calle San Pedro, barrio Condado, en 1863 quedó el edificio para un asilo de pobres y  la escuela se reabrió en la antes casa de vivienda  de la familia Abreu Arencibia en la calle El Carmen no. 3, esquina Santa Elena, (Máximo Gómez e Independencia). Después de la muerte de Marta Abreu el 2 de enero de 1909, el Ayuntamiento decidió convertirla en una Escuela de Artes y Oficio, hasta el año 1961 que fue intervenida por el Gobierno Revolucionario y usada como Junta Municipal de Educación, posteriormente fue remozada y convertida en un restaurante (Colonial 1800). El resto de la fortuna, sería la mitad para su esposa Rosalía y la otra mitad en partes iguales a sus tres hijas. Pidió a su hermano Juan González Abreu que fuera el tutor de Rosalía, su hija más pequeña que aún estaba soltera, para la protección de los bienes heredados, Rosa y Marta estaban casadas y correspondía a sus esposos, según las leyes de la época, ocuparse de esos asuntos.

    Los restos de Pedro Nolasco González Abreu descansan en el cementerio Colón en el panteón familiar.

     

    Rosalía Arencibia Plana (1826- 1882)

    Rosalía Arencibia y Plana

    Rosalía Justiniana Arencibia Plana nació el 5 de septiembre de 1826, en Santa Clara, hija de Don Francisco Arencibia y Doña Beatriz Plana, familia ilustre y acomodada de la villa.

    A los 17 años contrajo matrimonio con Don Pedro Nolasco González Abreu, dueño de una gran fortuna que se incrementó con la dote recibida de la familia Arencibia. La boda se efectuó el 24 de abril de 1843 en la iglesia Parroquial Mayor, situada en la Plaza (hoy Parque Vidal), demolida en 1923.

    Al año siguiente nació su primera hija, el 7 de junio, a la que llamaron Rosa Beatriz y el 13 de noviembre de 1845, la segunda, Marta de los Ángeles, quien después sería, la benefactora de la ciudad de Santa Clara. Cuando ya Marta tenía 16 años tuvo su tercera hija, Rosalía Paula Luz de la Caridad, el 15 de enero de 1862, esperaban con entusiasmo la llegada de un heredero varón, pero no fue así.

    La familia González Abreu-Arencibia se mudó de la calle Sancti Spíritus (hoy Juan Bruno Zayas) entre Calvario y Las Flores (Marta Abreu y Padre Chao), donde habían nacido las dos primeras hijas, para otra vivienda  mandada a construir en la calle el Carmen no. 3 (actual Restaurante 1800 en Máximo Gómez), donde nació la más pequeña. En 1869, poco después de iniciada la guerra de los 10 años en la región central con el alzamiento de Las Villas el 7 de febrero de 1869, Don Pedro Nolasco decidió mudarse a La Habana donde los efectos de la guerra se sentían menos. Compró una casa en Prado y Trocadero y una quinta en las afueras de la ciudad, conocida como Quinta Palatino, para ser usada como casa veraniega de recreo, costumbre de los ricos y poderosos habaneros del siglo XIX.

    Ya por esta época se había casado su hija mayor, Rosa  con Santiago Contreras, natural de Islas Canarias el 6 de mayo de 1866, poco después enviudó y se casó en segundas nupcias con el médico francés Joseph Grancher, por lo que a partir de entonces vivió siempre en Francia y a Rosalía la enviaron a estudiar a Estados Unidos  

    Quedó el matrimonio Don Pedro Nolasco y Doña Rosalía solo con Marta, poco tiempo después ésta conoció a Luis Estévez, un joven matancero estudiante de Derecho de la Universidad de La Habana, muy inteligente pero sin fortuna y más joven que ella, la familia confundió los sentimientos de Luis por Marta con el interés por su fortuna y se opusieron rotundamente al matrimonio, por lo que la mandaron a residir a casa de su tío González Abreu y este y su esposa apadrinaron a los jóvenes y celebraron la boda en la Parroquial Mayor, en 1874 a la cual no asistieron Pedro Nolasco ni Rosalía.

    Del Matrimonio de Luis y Marta nació su hijo Pedro Nolasco Estévez Abreu, en 1875 primer nieto de Doña Rosalía, porque Rosa nunca tuvo hijos y Rosalía no se casó hasta 1883 con un cubano, el Dr. Domingo Sánchez, también fue a residir a Francia por los vínculos de su esposo con el de Rosa en materia de trabajos en el grupo de investigadores del científico francés Pasteur. Con el nacimiento del nieto se restablecieron las relaciones familiares.

    En 1876 falleció Don Pedro Nolasco quien dejó en testamento 20 000 pesos para la construcción de una escuela para niños varones pobres. Doña Rosalía heredó la mitad de la fortuna, la otra mitad quedó dividida en tres partes iguales para cada una de las hijas.

    El 18 de octubre de 1882 falleció Doña Rosalía, quien también dejó en testamento 20 000 pesos para otra escuela, pero esta sería para niñas, también de las clases humildes, por lo que sus hijas patrocinaron la construcción del edificio contiguo al San Pedro Nolasco, escuela para varones donada por el padre. Al colegio lo llamaron Santa Rosalía en honor a su benefactora y fue atendida por las monjas de la Congregación Amor de Dios, que llegaron desde España para atender dicha institución, quedó inaugurada el 28 de diciembre de 1885.

    Los restos de Rosalía Arencibia reposan junto a su esposo, su hija Marta y su yerno Luis Estévez y otros familiares en el lujoso panteón de la familia González Abreu -Arencibia, en el cementerio Colón en La Habana.

    Rosa Beatriz Abreu Arencibia (1844- 1929)

    Rosa Beatriz Abreu Arencibia, benefactora del pueblo santaclareño y de otros lugares, cooperó en todos los órdenes para su mejoramiento. En varias ocasiones hizo donativos que ayudaron a los pobres y desvalidos de Santa Clara. Unida a su hermana Marta dispuso de su fortuna para obras públicas en su ciudad natal.

    Nació en Santa Clara, el 7 de junio de 1844 en la calle Sancti Spíritus, en la casa marcada con el número 49, hoy Juan Bruno Zayas. Hija de Pedro Nolasco González Abreu Jiménez y Rosalía Justiniana Arencibia Plana. Creció y se educó en la ciudad de Santa Clara en el seno de una opulenta y acaudalada familia.

    Contrajo matrimonio con el Sr. Santiago Contreras, oficial del ejército español, el martes 6 de marzo de 1866. Después de enviudar de Contreras, se casó en  segundas nupcias con el Ilustre médico francés Dr. Joseph Grancher y vivió el resto de su vida en París.  No tuvo hijos en ninguno de los dos matrimonios.

    En 1876, tras el fallecimiento de su padres las tres hermanas: Rosa, Marta y Rosalía, de común acuerdo decidieron materializar su voluntad póstuma quien dedicó 20 000 pesos para la construcción de una escuela para niños varones pobres y de la raza blanca, la que fue inaugurada el 31 de enero de 1882, con el nombre de San Pedro Nolasco, posterior a la muerte de la madre, quien al igual que su esposo dejó testamentado 20000 pesos para otra escuela, pero para niñas  pobres, también de la raza blanca, fue inaugurada en diciembre de 1885 la que llevó por nombre  Santa Rosalía, en honor a su madre. Para el mantenimiento de estas escuelas, las hermanas Abreu donaron 30 000 pesos cada una. Ambas instituciones fueron equipadas y dotadas de todo lo necesario, tanto en mobiliario como en materiales escolares, claustro seleccionado por sus patrocinadoras y un reglamento, redactado por don Luis Estévez y Romero.

    En octubre de 1884 bajo el auspicio de Marta Abreu se fundó la Escuela "La Trinidad" para niños de color. A la que contribuyó con 5 000 pesos anuales. Esta escuela fue clausurada en 1894, ante la negligencia de los padres de familia.

    En el Hospital de San Lázaro atendió a muchas necesidades de los enfermos, en 1885 donó 200 camas y 200 mudas de ropa. Las dádivas y las medicinas que pudieran aliviar a los leprosos, nunca faltaron. Por los días de navidad mandaba un regalo para que los pobres recluidos pasaran mejor esa época del año.

    En octubre de 1885 hizo una importante donación que fue repartida entre los asilados, y costeó las reformas del viejo edificio, que amenazaba con quedar en ruina.

    La Asociación de San Vicente de Paul en La Habana, al igual que el Asilo "San Pedro y Santa Rosalía" en Santa Clara, encontraron en Rosa una protectora que donaba anualmente ropas, camas, muebles, etc. y atenta siempre a las necesidades de los asilados, les hacía frecuentes donativos, para ayudar al sostenimiento de los ancianos y de los imposibilitados para el trabajo.

    Ella, unida, e identificada con su hermana Marta, secundaba las obras de ésta. En 1896 se instala el Hospital de Viruelas en las afueras de la ciudad, envió desde París su donativo y dispuso que en nombre de su ilustre esposo y en el de ella, se instalaran camas y demás enceres necesarios, y se dotara a ese establecimiento de ropa suficiente para todos los enfermos atacados de tan terrible mal. Ella no olvidaba a Santa Clara y no fue nunca indiferente a sus necesidades.

    Cuando se celebró el segundo centenario de la fundación de Santa Clara, el día 15 de julio de 1889, con una “Feria exposición” debido a la iniciativa del ilustre villaclareño Doctor Rafael Tristá, Doña Rosa Abreu y Arencibia se suscribió con la suma de 6 000 pesos para la construcción del edificio donde se instaló.

    Al instalarse la sociedad Liceo de Villa Clara en 1899 abren su Biblioteca Pública y ella donó algunas obras muy importantes, que envió desde París con ese objetivo.

    Doña Rosa costeó los estudios del bachillerato y superiores a muchos jóvenes villaclareños, donó al templo católico de Encrucijada una colección de seis candelabros y seis floreros para el altar mayor y varios ramos de flores artificiales que envío desde París.

    El ayuntamiento en distintas fechas, acordó testimoniarle su gratitud, así como al doctor Joseph Grancher, esposo de la benefactora, consignando estos acuerdos en diferentes actas.

    En los días terribles de la reconcentración, doña Rosa se suscribió con una suma importante para ayudar a la "Cocina Económica" que funcionaba en la Iglesia Buen Viaje, a cargo de los padres pasionistas y del Padre Chao, contribuyendo a la salvación de muchos pobres, los cuales hubiesen muerto de hambre en las calles.

    El General José de Jesús Monteagudo, atendiendo a este gesto de doña Rosa, trató de que fuera perpetuado en una lápida colocada en unos de los muros del convento de los Padres Pasionistas, según carta dirigida al Sr. Alcalde Municipal de Santa Clara el día 10 de enero de 1899, en la que puede leerse:

    "Es un deber de los villaclareños todos perpetuar en lápida aquel hecho misericordioso de la "Cocina Económica" que funcionó al pueblo durante los meses terribles de la reconcentración, salvando a millares de seres del hambre. Y debemos todos consignar el agradecimiento y la admiración a doña Rosa Abreu de Grancher, una de las hermanas de la gran Marta Abreu. De este modo las generaciones futuras podrán tributarle la admiración y la gratitud a esta compatriota".

    Rosa solicitó a su sobrino Pedro Sánchez Abreu antes de morir que concluyera el edificio destinado a la Residencia estudiantil para alojamiento de estudiantes, artistas y profesores cubanos en la Ciudad Universidad de París, la que debía tener los escudos de las principales ciudades de Cuba para esculpirlos en piedra en medallones colocados en la fachada del edificio y que Pedro Sánchez gestionó con los gobernadores provinciales, para cumplir póstumamente la voluntad de su tía, quien tuvo a Cuba presente hasta el último instante de su vida.

     

                  Marta  de los Ángeles Abreu Arencibia ( 1845-1909)

    Marta Abreu

    Nació Marta Abreu el día 13 de noviembre de 1845 en la calle Sancti Spíritus e/ Calvario y Las Flores, ahora Juan Bruno Zayas e/ Marta Abreu y Padre Chao, en Santa Clara. 

    Sus padres fueron Doña Rosalía Arencibia y Don Pedro Nolasco González Abreu. Este matrimonio tuvo tres hijas, a la primera le pusieron Rosa Beatriz, la segunda fue Marta de los Ángeles y la tercera Rosalía Paula.

    Marta realizó sus estudios primarios con la maestra Doña Josefa Basabe y después pasó al Instituto para niñas que abrió en 1858 Doña Coleta Fuentes.

    Hacia 1860 la familia se mudó a la calle El Carmen #3  (donde está ahora el restaurante 1878). Tuvo un enamorado, Joaquín Anido Ledón, maestro, hijo de buena familia, educado y culto, pero sin fortuna por lo que esta relación no fructificó porque no fue aprobada por los padres de Marta.   

    En 1869 el padre de Marta compró en La Habana una hacienda, la finca “Palatino” y una casa en Prado #72 y Trocadero, esta casa para vivienda y Palatino para recreo y descanso. Se mudaron y allá  conoció a Luis Estévez, pero los padres de ella no lo aceptaron porque era más joven y no poseía fortuna, a ellos les preocupaba que se acercara a Marta por intereses económicos y no por amor.

    ¿Quién era Don Luis Estévez Romero?

    Luis había nacido en Matanzas el 20 de octubre de 1849. Su situación económica era difícil pues sólo logró realizar estudios hasta  el Bachillerato en arte en el Instituto de Matanzas, pero era muy inteligente, alumno con notas sobresalientes y a los 16 años fue socio agregado de una sociedad de Ciencias del Liceo de Matanzas donde trabajó como Auxiliar del Secretario.

    Fue profesor de La Empresa en 1868 y el curso 68-69 matriculó en la Universidad de La Habana la carrera de Medicina, pero luego renunció a ésta y continuó Derecho.

    En 1874 se casó con Marta pero no quiso vivir de la dote de ella y continuó con su trabajo, al mismo tiempo que siguió en la Universidad de La Habana haciendo el doctorado, hasta obtener el título de Dr. en Derecho Civil y Canónico y en 1882 el de Lic. en Derecho Administrativo.

    A Marta la mandó su padre para Santa Clara a casa de su tío Eduardo. Luis llegó hasta esta ciudad y solicitó el permiso para casarse. El tío de Marta y su esposa sirvieron de padrinos de la boda a la que no asistieron los padres por oposición al matrimonio con Luis. La boda se realizó con mucha sencillez.

    Adquirieron su propia casa y vivieron con la madre de Luis en La Habana y el 12 de abril de 1875 Marta tuvo su primer hijo, Pedro Nolasco Julio Zenón Estévez Abreu, después nació una hembra pero falleció a los pocos días de nacida.

    La familia de Marta continuaba viviendo en Prado y Trocadero, su hermana Rosalía había ido a Estados Unidos a estudiar y el padre falleció en 1876, la fortuna quedó compartida entre las hijas y doña Rosalía, pero al morir ésta el 18 de octubre de 1882 heredaron una cuantiosa fortuna en propiedades, efectivo y una dotación de esclavos. Rosa les dio la libertad a los de ella para irse a Francia, pero Luis y Marta no hicieron esto sino que los prepararon para la nueva vida pues ellos entendían que no estaban preparados para enfrentar la vida de obreros asalariados, por lo que le donaron una parcela de tierra para que construyeran su bohío y crearan su propio conuco los domésticos, quedaron como empleados y a todos se les pagó $ 6 de estipendio. A partir de haber heredado toda su fortuna comenzó la construcción de obras de beneficio social:

    Dos colegios donados por los padres San Pedro Nolasco para niños blancos pobres y Santa Rosalía para niñas blancas pobres (ahora son El restaurante 1878 y Santa Rosalía). Los lavaderos públicos, dos en cada ríos (Cubanicay y Bélico), el teatro La Caridad, una escuela para niños negros llamada La Trinidad, el asilo para pobres, (Hoy escuela Carlos J. Finlay), el Dispensario el Amparo (ahora ETECSA) para atender niños pobres, la Planta Eléctrica, la Estación de Ferrocarril, un laboratorio de Meteorología, también ayudó al Cuerpo de Bomberos, apoyó otras necesidades del pueblo santaclareño. En todos los casos Luis apoyaba a su esposa desde su posición de jurista, era el que tramitaba los elementos legales de cada obra y escribía los reglamentos que sustentaban el funcionamiento de cada una.

    Marta se hacía acompañar por Luis en sus viajes con frecuencia a Francia y a otros lugares de Europa y Estados Unidos, pero donde más tiempo permanecían era en París.

    Cuando la Guerra del 95 Luis y Marta quedaron definitivamente en Francia y desde allá fue la cubana que más dinero donó a esa causa para la compra de armas, medicinas y otras ayudas a los insurrectos, por eso Máximo Gómez dijo que se merecía los grados de Generalísima como los que él ostentaba. Luis por su parte se dedicó a escribir para los periódicos franceses para dar a conocer al mundo la verdad de la causa cubana por la independencia, ya que desde España se informaba una realidad tergiversada de lo ocurría en Cuba durante la Guerra del 95.

    Marta murió en París operada de la apendicitis que le ocasionó peritonitis, el 2 de enero de 1909, fue enterrada en el panteón de los Grancher, esposo de su hermana Rosa.

    Luis quedó muy perturbado con la muerte de su esposa, cuentan que visitaba el panteón donde descansaba Marta en el cementerio, y el día 4 de febrero, según certificado de defunción, se suicidó, en una habitación de su casa, en París. Fue colocado en una tumba al lado de la de Marta. Pasados los años, su hijo Pedrito trajo los restos de ambos al cementerio Colón de la Habana donde estaba el panteón de la familia González Abreu- Arencibia.

    En Santa Clara le erigieron un monumento en el Parque Vidal, develado el 15 de julio de 1925, con lo que se ha querido perpetuar su memoria de gran benefactora, por haber sido una mujer que destinó su fortuna para el bienestar de su pueblo, de ahí que hoy no debemos olvidarla y siempre recordar que Santa Clara es la Ciudad de Marta Abreu de Estévez.

     

    Rosalía Abreu Arencibia (1862- 1930)

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    Rosalía Paula Luz de la Caridad Abreu Arencibia, hermana menor de Marta Abreu, también dadivosa y desprendida de su fortuna para aliviar a los pobres, nació en Santa Clara el 15 de enero  de 1862, cuando la familia vivía en la casa de la calle El Carmen No 3 esquina Santa Elena, según algunos biógrafos, sus padres esperaban un bebé varón que no habían tenido. Rosalía creció mimada por su hermana Marta que era dieciséis años mayor que ella y por lo que siempre sintió especial afecto maternal.

    Fue educada en Estados Unidos y en 1883 viajó a Francia con su hermana Rosa y el esposo de ésta, donde conoció a Domingo Sánchez de Toledo que estudiaba medicina y con el cual contrajo matrimonio el 23 de julio de ese año. Después de la graduación de Sánchez regresaron a La Habana. Tuvieron cuatro hijos: René murió en un accidente en el baño, Juan que falleció cuando la Guerra Mundial al volcarse el auto en que transportaba heridos. Pedro y Rosalía si vivieron hasta avanzada edad.

    El 18 de octubre cuando falleció Rosalía Arencibia, la madre, entraron las tres hermanas en posesión de toda la fortuna. De conjunto con Marta su hermana Rosalía aportaba a casi todas las obras ideadas y construidas en Santa Clara. Fueron de su haber particular la donación al hospital San Lázaro 500 pesos en 1890. En 1894, 2 400 pesos para la construcción del Convento de los Reverendos Padres Pasionistas que más tarde al reconstruirse el templo de Buenviaje se suscribió con 1 500 pesos más.

    Durante la reconcentración de Weyler enviaban al padre Chao donativos para las cocinas económicas y al igual que el resto de la familia, para la causa independentista a través de la tesorería del Partido Revolucionario Cubano en Nueva York. También hubo envíos para el hospital San Juan de Dios.

    Al concluir el colonialismo español regresó en 1899 a La Habana, hizo un donativo al hospital Nuestra Señora de Las Mercedes para habilitar una sala de parto con todo lo necesario. En 1900 hizo un donativo a la Casa de Beneficencia y Maternidad de la capital de 5000 pesos.

    En la República mantuvo en su residencia del Cerro, una escuela para niñas pobres a cargo de la Reverenda Madre de la Orden del Amor de Dios. El 20 de  mayo de 1928, fundó una escuela técnica -industrial para mujeres en Rancho Boyero, por el decreto 837, en su honor, le pusieron su nombre.

    La Quinta de los Monos    

    Su interés por los monos comenzó a fines del siglo XIX, cuando en un viaje al sur de Francia, adquirió una macaca la que junto a un orangután oriundo de Filadelfia constituyeron los primeros ejemplares de lo que sería su asombrosa colección.

    La Finca de los Monos es un lugar situado en el reparto Palatino del municipio habanero del Cerro, que hoy es una referencia en el tránsito por la Calzada de Santa Catalina. Se trata de un sitio que estuvo olvidado por mucho tiempo, pero fue tan importante que según un autorizado científico norteamericano de la época, allí ocurría “el experimento antropológico más grande jamás realizado”.

    Antes de llamarse Finca de los Monos, se llamaba Las Delicias. Tenía siete caballerías de tierra (antigua unidad de superficie) y fue adquirida el 26 de marzo de 1873 por don Pedro Nolasco González Abreu, padre de Rosalía, a quien le dejó el lugar en herencia, de conjunto con otros bienes. El palacete heredado sufrió un incendio y Rosalía lo mandó construir, con recursos adquiridos en Francia y en Estados Unidos, el castillo es un dechado de lujos y gusto estético(*).  Sus recursos, su filantropía y su amor a los animales dieron como resultado la asombrosa colección de animales que reunió en los terrenos aledaños al castillo de Palatino.

    Durante más de treinta años los primates vivieron en la finca de Palatino, hasta la muerte de Rosalía. Después fueron a parar a la Carnegie Institution.

    Había muchos comentarios en La Habana con respecto a la finca Las Delicias o quinta de los Monos. Se decía que la fabulosa mansión en forma de castillo, situada en el Cerro, guardaba más de un misterio pues los simios eran tratados como personas.

    Cierta o no la historia, aquellos animales, a la vez que mascotas fueron convirtiéndose en el lapso de tres décadas y gracias al empeño de Rosalía, en objeto de estudios científicos.

    En Las Delicias se establecieron tres generaciones de simios que por su importancia fueron visitados por especialistas cubanos y extranjeros.

    Rosalía Abreu adoraba a los animales y le interesaba mucho el estudio de su comportamiento. Amaestró sus simios, los acostumbró a usar ropas, comer con cubiertos y beber en vasos, estos avances la indujeron a buscar ayuda científica y lo hizo en la Universidad de Yales donde estudiaba su hijo.

    En 1924 el doctor Robert Mearns Yerkes(1876-1956) quien fuera un psicólogo, etnólogo y primatólogo norteamericano precursor en el estudio comparativo de la inteligencia de humanos y primates, y del comportamiento social de gorilas y chimpancés, presidió una comisión de la Carnegie Institution, y para sorpresas de los que se burlaban de Rosalía, declaró que estaban en presencia del experimento antropológico más grande, solo comparable a las observaciones de Burton acerca del lenguaje de los monos

    Yerkes pasó tiempos largos observando los chimpancés en la colonia de Madame Abreu. Cuando murió Rosalía su colección pasó al Carnegie Institution, es decir al YERKES Regional Primate Research Center en la Florida  y el resto a circos y zoológicos.

    Por considerarlo de alto valor, en 1928 la compañía cinematográfica PATHE, filmó un documental de la colonia de monos de Rosalía, bajo la supervisión de F H Hulses del Departamento de Antropología de la Universidad de Harward de la cual forma parte importante, de la colección de películas  educativas de la citada institución.

    En su propiedad había además guacamayos, papagayos, canarios, pavos reales, gallos japoneses, ciervos, osos, conejos, caballos, perros, gatos y un pequeño elefante llamado Yumbito, un tigre, un cocodrilo. Estaba interesada en abrir un zoológico en Rancho Boyero.

    Rosalía falleció en La Habana el 3 de noviembre de 1930 a los 68 años de edad.

    Nota: (*) El castillo de la Quinta de los Monos, fue recién restaurado y convertido en un centro cultural para uso del pueblo.

     

    Luis Estévez Romero ( 1849- 1909)

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    Luis Estévez Romero, esposo de la benefactora de Santa Clara, Marta Abreu, merece ser recordado, no sólo porque estuviese unido a ella por fuertes lazos de amor, sino también por sus cualidades intelectuales y patrióticas.

    Luis Estévez, cuyo verdadero nombre era Luis Gonzaga Irene Estévez y Romero, nació el 20 de octubre de 1849, en la ciudad de Matanzas. En el seno de una familia con pocos recursos económicos, además de que su padre los abandonó cuando eran pequeños, por lo que su madre tuvo que enfrentar sola la educación de sus dos hijos: Luis y su hermano.

    Abandonó Matanzas para matricular en la Universidad de la Habana (la antigua Universidad Convento de la Orden Santo Domingo en Obispo y Mercaderes) en el curso 1868-69. Comenzó a estudiar Medicina, carrera que sustituyó por la de Derecho, se graduó de Dr. en Derecho Civil y Canónico e 1873. Fue alumno eminente. Obtuvo en todas las asignaturas las más altas calificaciones. Mientras estudiaba, trabajó en un bufete para pagarse sus estudios.

    En La Habana vivió en una casa cercana a la que habitaba Marta Abreu con sus padres en Prado y Trocadero, pasaba diariamente por el frente, se conocieron y se enamoraron.

    La familia González Abreu Arencibia había ido a residir a La Habana en 1869 cuando Pedro Nolasco González Abreu decidió la mudanza para la capital.

    Los padres de Marta se opusieron porque él era un estudiante pobre y menor en edad que ella, por lo que Marta fue enviada a Santa Clara a casa de su tío Eduardo González Abreu en la calle Calvario y San Agustín (ahora Marta Abreu y Alemán). Luis Estévez vino a casarse con la autorización del tío de Marta. Sin la presencia de los padres se efectuó la boda, el 6 de mayo de 1874 en la Parroquial Mayor de Santa Clara.

    Llevó a su esposa a vivir con él, continuó trabajando y estudiando, para demostrar que no le interesaba su fortuna, sino que su matrimonio era por amor.

    En 1875 tuvieron un hijo al que llamaron Pedro Nolasco Julio Zenón y las relaciones familiares se reconciliaron, pero poco después en 1876 falleció el padre de Marta, ella recibió parte de su herencia y en 1882, murió la madre, es cuando entra en posesión de una cuantiosa fortuna y  pudo llevar a vías de hecho su proyecto social en beneficio de la calidad de vida de los santaclareños, en el período de la década de los ochenta y los noventa, hasta 1895 fueron muchas las obras construidas: escuelas, lavaderos públicos, Estación Metereológica, Planta Eléctrica, estación del ferrocarril, dispensario “El Amparo”, entre otras. Luis Estévez desde su posición de jurista era el gestor de todos los proyectos y redactor de los reglamentos para el funcionamiento de cada una de esas obras patrocinadas por su esposa.

    En su vida profesional, en 1881 fue nombrado Catedrático Interino de Derecho Canónico e Historia de la Iglesia. En 1883 fue designado Catedrático Interino de Economía Política y Estadística y en 1889, Catedrático Auxiliar de Derecho Civil y Canónico.

    En 1885, pasaron un tiempo en Santa Clara por la inauguración del teatro La Caridad el 8 de septiembre de ese año. Las autoridades del gobierno en Santa Clara rindieron homenajes a Luis Estévez en diferentes momentos, cuando lo declararon “Hijo Adoptivo” de la ciudad y el 15 de julio de 1894 le pusieron su nombre a la calle San Juan Bautista.

    Entre el 28 de febrero y el 2 de marzo de 1895 en Santa Clara se celebraron festejos por los importantes acontecimientos que se efectuaron: la inauguración de la Planta Eléctrica, el Dispensario “El Amparo” y la estación del ferrocarril. Se colocó en la plaza central una réplica de la torre Eiffel de París con la finalidad de agasajar a la benefactora, junto a ella, su esposo Luis e hijo Pedro, recibieron los halagos del pueblo en agradecimiento. El gobierno español tomó estos festejos como manifestaciones de simpatía por la insurrección armada que se habían iniciado el 24 de febrero, la turbia situación apresuró la salida de la familia para el mes de junio de ese mismo año hacia Francia. Una vez allí, de inmediato, Luis integró el “Comité de Auxilio” de exiliados cubanos en Francia  para  ayudar a la causa por la independencia de su país. Durante este período Marta fue una de las que más dinero donó a Cuba  para apoyar la insurrección armada en Cuba y su ingenio “San Francisco”, cerca de Cruces fue puesto a la disposición de los revolucionarios.

    Al finalizar la guerra regresaron a Cuba, después de una estancia corta en Estados Unidos. En los momentos  en que se instituyó la República oficialmente, el 20 de mayo de 1902, Luis a instancias de Máximo Gómez, asumió la candidatura para vicepresidente. También atendía la Secretaría de Justicia, poco después renunció, le fue concedida la liberación del cargo en 1905. Don Luis Estévez, abatido y triste porque en Cuba las cosas no marchaban como lo habían soñado los cubanos dignos, regresó a Francia en compañía de Marta a refugiarse en sus nietos.

    Además de su integración revolucionaria, su apoyo a la obra benéfica de su esposa y de ser un gran jurista, escribió obras importantes en las que dejó reflejado su pensamiento, sus ideales y sus principios, colaboró con un periódico en París, llamado La República Cubana y otro en Nueva York “Cuba y América y Patria”, en los que comentaba y difundía noticias sobre Cuba. Entre ellas: Tiempos Pasados (recopilación de trabajos políticos) dedicada a sus nietos y en la primera página revela que el ingenio “San Francisco” fue Factoría de insurrectos, también refleja la colaboración con Betances en los asuntos de la delegación revolucionaria en París. El derecho constitucional vigente en Europa y en América (Estudio del Derecho Constitucional Comparado de varios países). Ojeada sobre la Dominación Española en Europa (obra dedicada a Martí).Tesis de Doctorado ¿Cuál de las legislaciones actuales satisface mejor las exigencias de la justicia respecto a lo que debe ser la condición de la mujer así en el orden social como en el de la familia?  Reformas de nuestra legislación civil, Separatismo, anexionismo y autonomismo y Desde el Zanjón hasta Baire.

    El 2 de enero de 1909 falleció Marta Abreu de Estévez en Francia. Luis quedó muy perturbado con la pérdida de su compañera inseparable, por lo que el 4 de febrero de 1909, cuando Marta Abreu acababa de cumplir un mes de fallecida, Luis Estévez se suicidó. Siempre se ha dicho que el amor y la compenetración de esta pareja, fue tan especial que él no tuvo valor para vivir sin su compañía.

    El 20 de febrero de 1920 fueron trasladados sus restos junto a los de Marta Abreu, desde Francia hasta el cementerio de Colón al Panteón de la familia González Abreu- Arencibia donde reposan actualmente.

     

    Pedro Estévez Abreu

    hijo de Marta Abreu

    Pedro Nolasco Julio Zenón Estévez Abreu nació el 12 de abril de 1875 en La Habana en una modesta vivienda donde Luis y Marta residían con Luisa, la madre de Luis, después de haber realizado un matrimonio en Santa Clara en contra de la voluntad de sus padres.

    Pedrito, como lo llamara su familia, tuvo una hermanita a la que llamaron Cecilia pero que vivió pocos días, fue un niño muy querido por sus padres, especialmente su madre que lo llevaba con ella a todas partes donde viajaban, ya que esta familia después que fallecieron los padres de Marta y que ella heredó una gran fortuna, viajaban con frecuencia, casi siempre pasaban el invierno en Cuba y el verano en París, también visitaban los Pirineos, España, Inglaterra, Suiza, Estados Unidos, entre otros. El nacimiento de Pedrito causó la reconciliación familiar entre Luis, Marta y los padres de ella, que habían estado opuestos al matrimonio.

    Cuando falleció Don Pedro Nolasco González Abreu, Marta y sus hermanas heredaron parte de la fortuna familiar y años después, 1882, murió la madre Doña Rosalía Arencibia y todos los bienes fueron distribuidos entre Rosa, Marta Y Rosalía. Una vez que Marta entró en posesión de la gran fortuna se dedicó a realizar obras benéficas a favor de los más necesitados, especialmente en Santa Clara, su hijo estuvo presente en todas las inauguraciones que se realizaron entre los años 1882 y 1895. En la gala por la inauguración de la Planta Eléctrica, en el teatro La Caridad, Pedro le dedicó unos versos a su madre, que fueron declamados por una joven de la ciudad, por lo que se puede inferir que tenía dotes para la poesía.

    En la estancia de la familia en París cuando la guerra del 95, entregaron grandes sumas de dinero a la causa revolucionaria, entre las que estuvieron presentes las de Pedrito, bajo el seudónimo de Jimaguayú.

    Durante los meses de junio y julio de 1896, Pedrito enfermó gravemente en París, fue atendido por el doctor Grancher y estuvo a las puertas de la muerte, según testimonios de Marta en cartas a su amiga teresita Quijano, más de cuarenta días debatiéndose entre la vida y la muerte, no obstante, las causas de la enfermedad no quedan reveladas en las biografías de esta familia.

    Pedro Estévez se casó en Tampa, Florida, Estados Unidos con la descendiente de cubanos, Catalina Laza, una joven bella que lo cautivó y fueron a vivir a Francia, tuvieron en 1899 su primer hijo al que llamaron Pedro y luego le siguieron dos más: Marta y Luis. En 1905 Catalina en una de las temporadas en La Habana conoció a Pedro Baró en una  fiestas de sociedad que frecuentaban y se enamoraron, Catalina se convirtió en su amante y cuando la familia descubrió la infidelidad se divorciaron, aunque algunos biógrafos aseguran que Catalina se atrevió a pedir el divorcio a Pedrito, aún cuando en Cuba no era Ley aprobada, por este conflicto familiar, Marta y Luis regresaron a Francia para ocuparse de los niños muy pequeños, que por Ley le correspondían al padre, este golpe fue difícil para todos.

    Pasado un tiempo Pedrito se enamoró nuevamente y se casó en Francia con Grabiella con quien tuvo una hija llamada Monic, esta niña nació después de la muerte de Marta y Luis ocurridas en enero 2 de 1809 y 4 de febrero del mismo año respectivamente, los cuerpos de ambos fueron enterrados en el panteón de Grancher, esposo de Rosa en el cementerio en París. 

    Pedro Estévez exhumó los restos de sus padres y los trajo al panteón de los González Abreu- Arencibia en el cementerio Colón de La Habana, también había entregado al Ayuntamiento de Santa Clara a través de sus apoderados y abogados, varios de los bienes que le correspondían por herencia, otros como la Planta Eléctrica las vendió.  Entre 1910  mandó a construir el Asilo de Ancianos San Pedro y Santa Rosalía e inaugurado el 24 de febrero de 1913, obra póstuma de Marta que no logró realizar en vida y su hijo cumplió esos deseos.

    Cuando en 1925 se develó el monumento a Marta Abreu, en el parque Vidal, Pedro Estévez no estuvo presente pero envió un donativo para que se la entregaran en la puerta del teatro a los pobres de la ciudad, como homenaje de recordación a su madre. No se tuvo otras noticias de que frecuentara la ciudad de Santa Clara. Continuó su vida en Francia donde falleció ya avanzado el siglo.

    (Autores: M Sc Hedy Águila Zamora y M Sc. Judiel Reyes Aguilar.)

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