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    Antonio Lorda Ortegoza (1841- 1870)

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    Antornio Lorda

    Antonio Lorda Ortegoza nació en Santa Clara el 17 de febrero de 1841. Fue bautizado en la parroquial Mayor a los diez días de su nacimiento. Cursó sus primeros estudios en su ciudad natal y después se trasladó a Francia, lugar de origen del padre, Don Martín Lorda, donde fue alumno en las universidades de Burdeos, y la Sorbona de París, hasta concluir la carrera de médico, título que acreditó  después, en la Universidad de La Habana.

    Su profesión la ejerció en su ciudad de origen, donde se destacó por su gran humanidad y su disposición para ayudar a los demás, en especial a las familias humildes. Lorda, en muchas ocasiones, unió a la receta el dinero para la adquisición de medicinas, por lo que fue conocido como “el médico de los pobres”. De fuerte complexión física, robusto, más bien obeso y de copiosa barba, se caracterizaba por su jovialidad, por ser un hombre culto, generoso y de espíritu abierto, franco y amable. Martí lo caracterizó así: (….) Antonio Lorda, en quien el obstáculo de la obesidad hacía más admirable la bravura, y la constancia era igual a la llaneza; las patillas negras se las echaba por el hombro; clavaba sus ojos claros. (…)(*)

    Antonio Lorda procedía de una familia de clase media, su padre y el de también patriota, Guillermo Lorda Ortegoza, eran dueños de la tenería que funcionaba en el siglo XIX en el lado oeste de Santa Clara después de pasar el río Bélico próximo a otro arroyo que se conoce como Arroyo de la Tenería, porque era el lugar por donde desaguaban los residuales de la tenería. La vivienda de esta familia se sitúa, actualmente señalada con una tarja, en la esquina de Real y Toscano.

    Antonio y Guillermo tenían los mismos apellidos porque sus padres eran hermanos y se casaron con dos hermanas: María del Carmen, era su madre y María de Jesús, madre de Guillermo. Tuvo una hermana, la también patriota, luchadora clandestina, Ysidra Martina Lorda Ortegoza. Se casó con María de Teresa de Jesús Manuela del Carmen Domenech Mendoza, que al igual que el resto de la familia guardó prisión en la guerra del 68 y al liberarla fue deportada con otras mujeres a San Antonio de los Baños. Al partir Antonio para la manigua, estaba recién casado, la boda se había efectuado el 14 de diciembre de 1868, cuando contaba 27 años de edad.

    Relacionado en Francia con las ideas democrático-burguesas comprendió la necesidad de eliminar la situación de opresión económica y política, así como la injusticia social prevaleciente en Cuba. Por ello estuvo entre los primeros que en Santa Clara se mostró dispuesto a combatir por la independencia de la Isla. Fue uno de los organizadores de la Junta Revolucionaria de Villa Clara que se formó entre los finales de 1868 y principios de 1869, de la que fue vice-presidente.

    Lorda fue avisado por el telegrafista, amigo suyo, Federico Marrero que el mando militar español de Santa Clara solicitaba autorización para capturar a los miembros de la Junta, lo que todo indicaba que habían sido descubiertos, por tanto tuvieron que adelantar la salida para el día 2 de febrero hacia San Gil, cerca de la ciudad de Santa Clara, donde después de un breve proceso de preparación realizaron el primer alzamiento en armas, el 6 de febrero de 1869 o “Grito de San Gil”, Lorda estuvo presente en éste como en la concentración de las tropas de Las Villas, en la finca El Cafetal de José González, a dos leguas de Manicaragua y a cinco de Santa Clara, allí se sumaron las fuerzas de Sancti Spíritus, Cienfuegos, Trinidad, Sagua, Remedios y Santa Clara. Se ondeó la bandera y se organizó la Junta de Gobierno, creada para el alzamiento en todas Las Villas, la que fue asumida por los villaclareños y Lorda resultó electo vicepresidente, el mismo cargo que ya poseía en la Junta Revolucionaria de Villa Clara.

    En las contradicciones de ideas surgidas entre los principales jefes de la Junta de Gobierno, Lorda se plegó al criterio de Eduardo Machado Gómez y Carlos Roloff Mialofsky de llevar la guerra hasta el occidente, tomar los ingenios de la zona matancera y liberar esclavos y sumarlos a la guerra, se supone que luego de un tiempo de reflexión, cambió su opinión y estuvo del lado de Miguel Jerónimo Gutiérrez quien pretendía partir hacia Oriente pertrecharse de armas y regresar a la lucha en la región central, ya que el principal problema del alzamiento de Las Villas era la carencia de armamento en correspondencia con el alto número de hombres dispuestos a luchar. Como la idea de Gutiérrez fue la que predominó y debido a la invitación de los orientales y camagüeyanos para participar en la Asamblea de Guáimaro, hacia ese lugar partieron las tropas y Lorda entre ellas.

    Fue constituyentista en Guáimaro, y como diputado de la Cámara de Representantes, participó en las tareas legislativas de ese órgano.  A inicios de 1870 se trasladó a Las Villas en visita de inspección, donde pudo comprobar las graves consecuencias de la guerra en la región. Ese mismo año, como demostración de confianza en sus habilidades como gobernante, fue designado para ocupar la Secretaría de Guerra. En el ejercicio de su cargo manejó algunos proyectos para el mejor progreso de las acciones, entre ellos la posible invasión hacia occidente. Además, curaba heridos y atendía enfermos.

    A inicios de la primavera de 1870 una epidemia de difteria atacó al Ejército Libertador y a los civiles que vivían en la manigua. Lorda cumplió su misión médica hasta que contrajo la enfermedad que lo llevó a la muerte el día 16 de mayo de 1870, en la finca Babujales, del partido Caunao, Camagüey. En ese lugar, en plena campiña, fue sepultado el insigne santaclareño.

    En 1928 durante el primer mandato del gobierno del General Gerardo Machado y Morales se construyó el Hospital de Maternidad e Infancia que llevaría el nombre de Lutgarda Morales, madre del presidente y como homenaje póstumo fue designada como Dr. Antonio Lorda, la sala de niños. Cuando el hospital dejó de funcionar se olvidó totalmente el nombre de este médico.

    Las generación del presente han olvidado a tan meritorio patriota que perdió sus bienes, su familia y su vida por la independencia de Cuba, que tuvo el mérito de ser el vicepresidente de la Junta Revolucionaria, de haber sido uno de los iniciadores de la gesta independentista en la región central de Cuba en 1869, que como médico cumplió sus funciones hasta el último momento de su vida en condiciones difíciles de estado de guerra.

    El Mayor General, doctor Antonio Lorda Ortegoza merece ocupar un sitial en lo más alto de la patria, es triste y penoso que ni siquiera en el gremio de la medicina lo recuerden, le rindan el homenaje que merecidamente requiere. Ahora a 180 años de su natalicio, es un momento apropiado para rescatar del olvido a tan meritoria figura de nuestra historia.

    (*)José Martí. 10 de Abril. Obras completas. Editora Nacional de Cuba. La Habana. 1963. Tomo 4, p 385

    (Autora: M Sc Hedy Águila Zamora, profesora e Historiadora de la Ciudad.)

    Familia Lorda Ortegoza

     

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