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    Paredón de fusilamiento del cuartel Tarragona

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    DSC03653Muy  próximo al lugar donde se encuentra el Palacio de Justicia en la ciudad de Santa Clara, en los terrenos del actual Palacio de los Pioneros, existe un trozo de pared de lo que fue un cuartel en la época de la colonia, conocido popularmente como el cuartel de Tarragona. No era este su nombre oficial; la voz popular lo llamó así porque desde la fecha de su construcción fue ocupado por una tropa de bisoños reclutas, procedentes todos de la ciudad española de Tarragona, situada en la costa del mar Mediterráneo.

    Este tramo de pared, escogido por las autoridades españolas, sirvió de «paredón de fusilamiento», ejecutando en él decenas de cubanos: José Pulido (3 de marzo de 1896), Adolfo García (19 de enero de 1897), Higinio Hernández y Domingo Nieblas (20 de enero de 1897), sentenciados a muerte por fusilamiento.  Allí murieron sin  juicio ni requisito formal alguno, Juan Pérez Pupo y Valentín Bermúdez. Hasta el cuartel de Tarragona  fue conducido el cadáver del Brigadier Guillermo Lorda hasta ser sepultado en el cementerio general.

    Los veteranos de las guerras de independencia en 1899 rescataron este trozo de pared, que es parte de la historia de Cuba, para convertirlo en Monumento de la Patria, dedicado a sus héroes y mártires, peregrinando cada 19 de mayo hasta ese lugar para honrar la memoria de los patriotas que murieron bajo la descarga de fusilería al grito de ¡Viva Cuba Libre!.  Se colocó en la primera peregrinación una tarja de mármol blanco, cuyo texto compuesto por Manuel García Garófalo, expresaba:

    «Caminante, descúbrete:
    este lugar está santificado con la sangre
    de los patriotas que el tirano hizo morir
    porque ansiaban la libertad de la Patria.»

    Enero 4, 1899

    En el año 1951, los propios miembros del Centro de Veteranos junto con el Grupo los Mil colocaron una nueva tarja de bronce con el  nombre de algunos de los fusilados.  Cuando esta tarja se instaló, la de mármol había desaparecido misteriosamente sin que persona ni institución alguna haya podido dar razón de ella, quedando en la pared como mudos testigos, las cuatro perforaciones de los tornillos con que la misma se sostenía. En tiempos recientes se amplió el listado de patriotas que dieron su vida en ese lugar.

    (Fuente:Tomado de la aplicación para móviles “Santa Clara y su Historia”. Centro Provincial de Superación para la Cultura de Villa Clara, 2019.)

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