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    Parque Leoncio Vidal Caro

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    El Parque Vidal y su entorno ha sido declarado Monumento Nacional el 15 de julio de 1999, en el año del centenario de habérsele adjudicado el nombre del patriota Leoncio Vidal Caro, durante los actos conmemorativos por el 310 aniversario de la fundación de la ciudad.

    La zona del hoy parque Vidal, fue la primera plaza que tuvo la villa de Santa Clara, zona escogida por los remedianos fundadores para organizar su primer asentamiento. En este lugar se realizaban las principales actividades culturales y desfiles militares. Fue y sigue siendo el principal foco de animación cultural de la ciudad.

    El lugar ha recibido varios nombres a lo largo de su historia: Plaza y Plaza Mayor por encontrarse en ella la Iglesia Parroquial Mayor y por ser la más importante de la villa; Plaza de Armas, pues en ella se realizaban los desfiles, paradas y otros actos militares. Plaza Constitucional, por un breve período de tiempo, mientras duró el régimen constitucional en España, por lo que en 1820 se construyó una pirámide en la Plaza para simbolizar la reimplantación de la Constitución de 1812 y en cuya inauguración se celebraron festejos públicos que duraron tres días. En 1823 al concluir este régimen liberal en la metrópolis también cesó en las colonias y la pirámide de la Plaza fue derribada y el lugar retomó su antiguo nombre de Plaza Mayor.También Plaza de Recreo a partir de la remodelación de 1848 al 1849.

    Esta Plaza era cuadrada con cuatro almendros en los extremos, uno en cada punto cardinal, se demarcaba por largas y gruesas cadenas y se usaba para toda clase de juegos de baraja, “se situaban las vendedoras de longanizas, empanadas, molletes y ponches rociados con el clásico aguardiente de caña”. Fue también espacio apropiado para que los vecinos celebraran sus festejos que por diferentes motivos se desarrollaban (fiestas reales y religiosas) en las que se realizaban actividades de equitación, teatrales, danzarias, procesiones y veladas, entre otras. A lo largo de su historia sufrió diferentes restauraciones, y se produjeron cambios, adiciones y supresiones de ornato y otros elementos.

    El 4 de marzo de 1899, ya en los albores de la República, el ayuntamiento de Santa Clara, a propuesta del Concejal Enrique del Cañal, tomó el acuerdo de denominarlo Parque Vidal para perpetuar la memoria del Coronel Leoncio Vidal Caro, caído en las inmediaciones del lugar, el 23 de marzo de 1896, en el intento de tomar la ciudad, en el marco de los acontecimientos de la guerra del 95, en la región villaclareña.

    En 1923 se demolió la Parroquial Mayor. Así quedó destruido el último vestigio colonial de mayor antigüedad en el lugar. La demolición de la Parroquial respondía a un proyecto de remodelación en el que tuvo su mayor incidencia José Berenguer y Sed, quien desde hacía años lo había propuesto al Ayuntamiento pero que no fue aprobado hasta 1921 y concluida su ejecución en 1923. Se transformó el interior del parque y se inauguró en 1925.

    En 1911, también por indicaciones de José Manuel Berenguer, se construyó la Glorieta, en un área para cuando fuera demolida la Parroquial y remodelado el parque quedara situada justo al centro del mismo. Este pequeño templete abierto, de techo apoyado en columnas sobre podium serviría de escenario a los músicos para las retretas que a través de los años se ha mantenido para el disfrute de los santaclareños. Su construcción se debe a Francisco Carrandi.

    Se incluyó en el proyecto, a sugerencias del General Francisco López Leiva, la construcción de una fuente donde se colocaría una estatua conocida como “El Niño de la Bota”. Él la había visto en un catálogo destinado a la publicidad de objetos de arte y fue adquirida en una tienda destinada a la comercialización de estas piezas, la J. L. Matt Company de New York en Estados Unidos. También se colocó la pérgola en áreas que había ocupado la Parroquial Mayor, se respetó el área histórica con los monumentos erigidos en épocas precedentes.

    El 15 de julio de 1925, en un gran acto celebrado por el aniversario de la fundación de la ciudad, en el marco de los festejos por la inauguración del Parque Vidal, después de su remodelación, fue develada la estatua de Marta Abreu mandada a esculpir por su hermana Rosalía al artista August Maillart en Francia, desde donde fue traída y colocada en su pedestal en cuya base se encuentran los relieves en bronce que representan el patriotismo, la caridad y generosidad, facetas que caracterizaron a Marta, así como el progreso para su ciudad natal por el cual abogó.

    El sitial que perpetúa la memoria de la benefactora quedó emplazado en línea recta con la Glorieta y de frente al teatro La Caridad por ser su obra magnánima y porque era ese el lugar de entrada principal al centro de la ciudad y de fondo la pérgola y el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza.

    Entre los elementos que se respetaron estaban el Obelisco, monumento más antiguo del Parque (1886) patrocinado por Marta Abreu y esculpido en Filadelfia con granito de color gris procedente de Boston, bajo la dirección de Thomas Ricart con la finalidad de perpetuar la memoria de los sacerdotes que enaltecieron la cultura de Santa Clara en el siglo XVIII, Don Juan de Conyedo y Don Francisco Hurtado de Mendoza. La ubicación de estos monumentos: el Niño de la Bota, el obelisco, la Glorieta y la estatua de Marta Abreu, todas en línea recta atravesando el parque de norte a sur, responden a un código de estructura espacial de la época.

    Otro conmemorativo emplazado en el parque es la farola que fue agujereada por las balas enemigas que dieron muerte, cuando pretendía asaltar la ciudad, al Coronel de las fuerzas mambisas Leoncio Vidal Caro, cuyo busto se encuentra en el extremo opuesto a la farola. El Liceo colocó una lápida en la base.

    Completan los elementos históricos del lugar, el busto de Alberto Chao que fue colocado en 1927, en homenaje a este sacerdote que, aunque era español, procedió con mucha humanidad y justicia, auxiliando a los campesinos reconcentrados en la ciudad por mandato del general Valeriano Weyler durante la Guerra del 95. En 1976 cuando el centenario del primer ataque a la ciudad por las tropas al mando del general mambí Manuel Calvar, (Titá), se situó otra lápida en el parque recordando este hecho.

    A partir de 1925, el parque mantuvo una división interior que denotaba la discriminación racial. Lo conformaban el paseo para los blancos y el de la “gente de color”, como solía decirse en aquellos tiempos. Durante la Batalla de Santa Clara del 28 de diciembre de 1958 al 1° de enero de 1959 el parque fue escenario de la acción bélica producida por el enfrentamiento entre las tropas de la Columna N° 8 “Ciro Redondo”, comandada por Ernesto Guevara y el ejército de Batista.

    Con el triunfo de la Revolución en 1959 el parque, de inmediato, fue remodelado. El Proyecto estuvo dirigido por el Arquitecto Juan Sierra, desaparecieron todos los vestigios de desigualdad racial y social con la unificación de los dos paseos en uno sólo. También desapareció la pérgola que había sido construida por el maestro de obra Justo Sánchez Sosa y se hicieron cambios en la estructura del área de la jardinería y el arbolado. Sobre este hecho los santaclareños opinan que solamente había que quitar la barrera que dividía el parque en dos paseos y convertirlo en uno solo como era lógico, ya que no debe haber diferencias por el color de la piel, pero lo demás, (jardinería, arbolado, luminarias y la pérgola) no debió subsistir porque su diseño era superior estéticamente al actual.

    En 1960 fue destruida, parcialmente, la estatuilla del Niño de la Bota, retirada de la fuente y conservada por Jesús Velazco Fernández quien la entregó al Museo Provincial de Historia el 7 de octubre de 1970. El colectivo de Dirección del Boletín Informativo Orden N° 5 de los ferrocarriles de Cuba dirigió una carta a la Dirección del Museo Provincial para solicitar la reinstalación de la referida estatuilla.

    En 1989, cuando el tricentenario de la fundación de la Villa, el Gobierno de Santa Clara, bajo la presidencia de Humberto Rodríguez González, acometió acciones de remozamiento de un grupo de obras del centro histórico de la ciudad y entre ellas, el Niño de la Bota cuya réplica fue develada el 15 de julio de ese año en un acto público. Esta réplica es de bronce, material de mayor durabilidad, pues la anterior era de calamina. Aunque esta escultura no se vincula a nuestras raíces culturales, sin embargo por el tiempo que ha permanecido embelleciendo el parque y ocasionando disfrute a grandes y chicos y por la acogida que el pueblo le ha tributado, ha pasado a formar parte del patrimonio, como símbolo de identidad santaclareña.

    En el entorno de este parque se reflejan las huellas de tres épocas diferentes: Colonia, República y Revolución, con predominio de las edificaciones eclécticas.

    Por el lado norte se encuentran los edificios provenientes de la etapa colonial, la monumental obra patrocinada por Doña Marta Abreu de Estévez, el teatro La Caridad, inaugurado el 8 de septiembre de 1885, con la que se dotaba a Santa Clara de un edificio teatral que enriqueciera la vida cultural y a la vez sirviera para sufragar gastos de manutención de lugares benéficos. Ocupó el espacio donde se hallaba la ermita La Candelaria que al ser demolida ya no cumplía funciones religiosas, pues se estaba utilizando como cuartelillo.

    Al pasar el callejón de Lorda (antes Santa Ana) existe una edificación, la más antigua de este lugar, la ocupó el Café Recreo propiedad de Valle y Hermano. En una nota comercial publicada en 1926 dice que tenía más de 50 años de creado lo que nos remite a 1878 como posible fecha de inauguración. Siempre ha mantenido ese nombre y sus funciones gastronómicas, actualmente es una hamburguesera. Parte del edificio, después de la Revolución estuvo ocupado por mucho tiempo, por los Sindicatos de Civiles de las FAR y de Comunicaciones y posteriormente por familias. Contigua a ésta se encuentra la casa de Clara Carta, también de la etapa colonial, convertida posteriormente en Museo de Artes Decorativas.

    Por el lado sur, están situados el antiguo Hotel Florida, edificio construido en el lugar que ocupaba la Botica de Juan Nicolás del Cristo, donde se reunían los jóvenes del siglo pasado, devenidos patriotas como por ejemplo Eduardo Machado, Miguel Jerónimo Gutiérrez, Antonio Lorda y otros. En los bajos de este hotel existieron y aún existen locales con diversidad de usos. Funcionó La Estación de Ómnibus La Cubana, que actualmente aparece señalizado con una tarja para recordar la estancia de los 14 asaltantes al Moncada quienes, estuvieron de paso por aquí el 25 de julio en viaje a cumplir dicha misión. Luego fue usado como dependencias de ARTEX.

    En 1928 Leopoldo Barrayarza, esposo de Clara Carta, fundó el teatro Villa Clara con capacidad para 2000 espectadores y que después se convertiría en la Sala Cinematográfica del mismo nombre hasta su demolición por el mal estado de conservación en que se encontraba y por el alto costo de su restauración no ha sido posible reconstruirlo. Al espacio se le ha dado otros usos recreativos como discoteca, Palacio de la Salsa.

    El hotel Florida, propiedad de Manuel Cortina tenía 14 habitaciones. Después de la Revolución que se nacionalizó, como una alternativa para resolver parte de los grandes problemas por la falta de viviendas les fueron entregadas a familias, en calidad de usufructuarios hasta tanto se construyeran edificios más confortables. Actualmente está en espera de ser restaurado.

    El Preuniversitario “Osvaldo Herrera“, ocupa el edificio contiguo. Construido en 1915 para Instituto de Segunda Enseñanza. Después de la Revolución se convirtió en el Preuniversitario hasta que por una medida del Ministerio de Educación estos pasaron al campo y el local se dejó para la enseñanza secundaria. También funcionó en este lugar la primera Facultad Obrera y Campesina, después que se separó de la Universidad, la FOC “Rubén Martínez Villena”. Fue este edificio testigo de las luchas estudiantiles llevadas a cabo durante los regímenes tiránicos de la República. Actualmente ha recuperado sus funciones de centro de la enseñanza preuniversitaria.

    Aledaño al Instituto estuvo el Hotel Cataluña de 1937 y La Nueva Cubana, posteriormente. Ahora funciona la cafetería conocida como “Los Paragüitas”, construida después del triunfo de la Revolución y que por sus características modernas rompe con el estilo del entorno. En espacio contiguo donde hoy se encuentra el Café Literario, estuvo la peletería “La Victoria”, y en la esquina con la calle Colón el bar “Ideal”.

    Por el lado oeste, se encuentran lo que fue La Cámara del Comercio, en la esquina donde comienzan las calles de Marta Abreu y Máximo Gómez, a continuación el Hotel Central cuya edificación data de 1929, existió antes, una cafetería con ese mismo nombre.

    Le sigue El Palacio Municipal de Gobierno, actualmente ocupado por la Emisora provincial de Radio CMHW, data de 1922, inmediato a él se construyó en 1927.

    El Liceo, bello y majestuoso edificio de estilo ecléctico más acorde con los intereses culturales de esa institución, la que se había fundado desde 1867 pero que funcionaba en otros lugares y se trasladó a éste después de la compra de la casa que existía antes ahí y que carecía de la majestuosidad y belleza del actual edificio.

    Después del triunfo de la Revolución El Liceo como Sociedad desapareció y el edificio fue ocupado por el Consejo Provincial de Cultura, donde además había una escuela de Música y un taller de Montaje de Artes Plásticas. Del 66 al 68 funcionó la Biblioteca “Martí” y después fue Museo de Historia hasta 1978 cuando se crearon las Casas de Cultura y siendo el lugar, por sus orígenes, más afín, pasó a ser ocupada por esa institución hasta nuestros días.

    Al pasar el Callejón de Padre Chao fue construido un moderno edificio en el espacio que ocupaba la dulcería Cosmopolita y un establecimiento comercial llamado “20 de Mayo”, entre 1955 y 1956, se construyó el Gran Hotel, propiedad del portentoso Orfelio Ramos Valdés, dueño de las rutas de ómnibus urbanos 1 y 2 de Santa Clara.

    El edificio responde al estilo imperante en la arquitectura de la época: Racionalismo o Funcionalismo. Predominan como elementos distintivos el cristal para los ventanales, las puertas y el lobby, el hormigón armado y el acero para su estructura. Es una construcción sin elementos ornamentales superfluos y por cuyas características modernas rompe con el estilo imperante en el entorno.

    El edificio consta de 10 pisos, provisto de áreas de recreación: el teatro llamado Clori, hoy “Camilo Cienfuegos” y un centro nocturno que recibe el nombre del lugar donde se encuentra “El Sótano”. En la segunda planta funcionaba la estación de radio nombrada también Cloris, nombre de la hija del dueño.

    Durante la Batalla de Santa Clara el ejército de la tiranía colocó franco tiradores en la azotea del edificio desde donde se domina toda la ciudad, mantuvieron como rehenes a los 58 huéspedes que había en el hotel, siendo liberados cuando los rebeldes tomaron el edificio. Esta operación fue realizada por el Capitán Alberto Fernández con 10 hombres bajo su mando. El 6 de enero de 1959 cuando Fidel al frente de la Caravana de la Libertad rumbo la Habana, llegó a este hotel y lo bautizó con el nombre de “Santa Clara Libre”.

    Con la introducción del capital norteamericano en Cuba proliferaron las agencias bancarias al estilo existente en EE. UU. En 1911, en la esquina del parque donde comienzan las calles de Tristá y Cuba, se construyó The Royal Bank of Canadá, hoy Banco Nacional de Cuba, Predominan en su fachada los elementos neoclásicos Mantiene su estructura original. Se trata de una construcción que no ha sido modificada en sus funciones durante sus 106 años de vida.

    Al este del parque se yergue el majestuoso Palacio Provincial de Gobierno construido entre 1904 y 1912, al igual que el Banco su fachada es neoclásica aunque en sus interiores se encuentren elementos de otros estilos que le dan un talante ecléctico a su arquitectura.

    Cumplía las funciones para lo que se había diseñado hasta que en la década de los años 70 comenzó a utilizarse como Institución Cultural, Biblioteca Provincial “Martí”. En este lugar estuvo Máximo Gómez el 13 de febrero de 1899 y fue la Tribuna donde por primera vez Fidel habló al pueblo de Santa Clara, el 6 de enero de 1959. En 1997 sirvió para guarecer los restos del Che y sus compañeros de lucha en la guerrilla boliviana hasta ser depositados definitivamente en el Memorial.

    El edificio donde se encuentra la CTC Provincial y el Salón ECO fueron almacenes pertenecientes a unos grandes comerciantes de Santa Clara de apellido García.

    Hay cuatro edificaciones posteriores al triunfo de la Revolución: la ya mencionada “cafetería “Los Paragüitas” y la pizzería “La Toscana”. En la esquina de Céspedes hubo un local destinado al comercio, remodelado para peluquería a la que se le llamó “Maruyama” y después convertido en el Buró de Orientación de la Moda. Cruzando la calle Céspedes está BANDEC ( Banco Nacional .de Cuba), edificio construido para el Hotel Santa Clara, propiedad de Vicente González Abreu, tío de Marta Abreu, y demolido en parte para la construcción del Banco. Las habitaciones de la parte trasera del antiguo edificio, en Plácido y Céspedes, aún se conservan, convertidas en casas de diferentes familias.

    Autora: MSc. Hedy Águila Zamora

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